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JORGE PABLO BRUGNONI

  DE COOPERACIONES Y REDES: ¿QUÉ SIGNIFICA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA EN PARAGUAY? (¿QUÉ SIGNIFICA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA EN PARAGUAY?)


DE COOPERACIONES Y REDES: ¿QUÉ SIGNIFICA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA EN PARAGUAY? (¿QUÉ SIGNIFICA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA EN PARAGUAY?)

DE COOPERACIONES Y REDES:

¿QUÉ SIGNIFICA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA EN PARAGUAY?

PABLO BRUGNONI
 

 

En este artículo se presentarán algunas reflexiones como contexto de la situación actual y las posibilidades de la gobernabilidad democrática en Paraguay. El énfasis se colocará sobre las dimensiones teóricas, servidas como apoyatura para estudios con mayor pretensión empírica.

El trabajo se inaugura paseando entre algunas nociones relevantes, con la intención de ubicar analítica e históricamente el concepto de gobernabilidad democrática en tanto forma de resolución voluntaria de los problemas de acción colectiva. Así armados apuntaremos a las principales características de la sociedad paraguaya que deberán atenderse al meditar sobre sus posibilidades de cooperación y articulación sociopolítica. Por último, señalaremos algunas nociones que relacionan la idea de gobernabilidad democrática con los esfuerzos dirigidos a luchar contra la pobreza y la desigualdad.

 

LA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA

 

El de  gobernabilidad democrática es un concepto polisémico, utilizado desde muchas perspectivas y con distintos objetivos. Desde esas posiciones estiran, recortan, usan y abusan de él. Muchas veces, conservadores y progresistas reivindican contradictorias propuestas debajo todos de su frondosa copa. (1) Por tanto, en primer lugar necesitamos podar lo superfluo para disponer claramente de las características definitorias a las que refiere el concepto.

Etimológicamente, gobernabilidad significa habilidad para gobernar. Esto es, tener la capacidad de llevar adelante con eficacia las decisiones políticas. El aporte no parece ser demasiado original. La novedad radica en dos aspectos: a) cómo se concibe el espacio público en el que se toman y aplican esas decisiones (2) y, b) cuál es la estrategia predominante para resolver los problemas de acción colectiva.

 

A) LA VISIÓN RETICULAR DE LA POLÍTICA

 

El debate politológico sobre la influencia de la sociedad civil en las políticas públicas tuvo, en las últimas décadas, una pronunciada convergencia. Pluralistas, neocorporativistas y neomarxistas abandonaron sus trincheras de antaño y sostienen hoy algunas banderas comunes. El principal lugar de encuentro es la concepción de "redes de políticas" o, en otros términos, de "gobernanza". El aumento del número de las demandas sociales, la descentralización y fragmentación del Estado, la influencia de los organismos internacionales de crédito y los procesos de integración regional son los fenómenos más resaltantes de la vida política actual. Esto implica, por un lado, una mayor complejidad (más actores y con demandas más específicas y subjetivas) y multidimensionalidad (nivel local, gubernamental y trasnacional) de la tarea de gobernar, lo que socava la estructura jerárquica tradicional, con una mayor propensión a buscar la cooperación horizontal: entre diferentes departamentos del gobierno, entre éstos y grupos de la sociedad civil, entre técnicos, políticos y grupos sociales, etc. Asistimos, por lo tanto, al proceso de construcción de un espacio de deliberación política en el cual la articulación horizontal y descentralizada surge de una multiplicidad de demandas complejas en un contexto de interpenetración de lo público y lo privado, de lo nacional y lo internacional. (3)

Cuando hablamos de gobernabilidad, entonces, nos referiremos a la capacidad instalada en un sistema político para articular a los diferentes actores estratégicos en pos de objetivos comunes. Todo esto en la línea de Prats Catalá, que nos dice: "Un sistema social es gobernable cuando está estructurado sociopolíticamente de modo tal que todos los actores estratégicos se interrelacionan para tomar decisiones colectivas y resolver sus conflictos conforme a un sistema de reglas y de procedimientos formales o informales -que pueden registrar diversos niveles de institucionalización- dentro del cual formulan sus expectativas y estrategias. (4)

Debemos atender el énfasis del autor en los actores estratégicos, que son quienes disponen de los suficientes recursos de poder (ideológico, militar, económico, político, etc.) como para "impedir o perturbar el funcionamiento de las reglas o procedimientos de toma de decisiones y de solución de conflictos colectivos" (5)  Estrictamente, al hablar de gobernabilidad consideramos la posibilidad de concertación entre los grupos o individuos "poderosos", entre quienes tienen los recursos para hacer respetar sus posiciones e intereses. El desafío es potenciar a los grupos más débiles e integrarlos gradualmente al debate público. De lo contrario, se corre el riesgo de sufrir a la intemperie una tormenta similar a la que recientemente azotó a Bolivia, país donde los actores estratégicos negociaban con relativo éxito en una pequeña mesa, y no supieron atender al aumento de los recursos de poder (especialmente políticos) de los tradicionalmente excluidos. Cuando éstos dispusieron de la fuerza, ya no tenían intención de sentarse a la mesa, sino de patearla. Y lo hicieron.

Hasta aquí hablamos de gobernabilidad, pero aún no la calificamos de democrática. Tiene esa condición cuando las decisiones políticas se adoptan en el contexto de un Estado de Derecho y con la legitimidad de una Democracia. Estado de Derecho no es solamente un Estado con Derecho (como casi todos lo son, ya que, en mayor o menor medida producen normas jurídicas), sino que implica la sujeción del Estado al Derecho que él mismo define y algún tipo de participación ciudadana. "Esto implica -en términos no exhaustivos- sometimiento del Estado al Derecho, a su propio Derecho, regulación y control de los poderes y actuaciones todas del Estado por medio de leyes, creadas éstas además según determinados procedimientos de alguna abierta y libre participación popular, con respeto pues para derechos fundamentales concordes con tal organización institucional" (6) La legitimidad democrática, que está parcialmente contemplada en la definición anterior, refiere a la participación y el debate público, y al respeto de las normas democráticas en la toma de decisiones políticas.

 

 

B) LA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA COMO BÚSQUEDA ESTRATÉGICA DE BIENES PÚBLICOS

 

 

Ya vimos que la "habilidad para gobernar" debe considerar una nueva lógica política, de formas reticulares y con límites difusos entre esfera pública, privada, espacio local, nacional e internacional, y que esa novedad es asumida por el concepto de "gobernabilidad democrática". Pero también incorpora otra característica relevante de la actualidad, pocas veces mencionada: el énfasis en la cooperación voluntaria. Así como en décadas anteriores fue la recurrencia jerárquica del Estado, y luego la "anárquica" del mercado, hoy predomina, sin excluir a las anteriores, la solución "heterárquica". (7)

Nuestra premisa de análisis dice que el gran desafío de la convivencia política es la obtención de bienes públicos. Tienen esta etiqueta aquellos bienes que cumplen con dos requisitos: i) la oferta conjunta (el consumo de un individuo no resta al consumo de los demás) y, ii) la imposibilidad de exclusión (no se puede impedir o regular su uso). (8) Ejemplo muy utilizado de un bien público es el faro: si bien todos los navegantes podrán conocer su posición a partir de los destellos, el propietario no puede cobrarles por el servicio. La principal consecuencia de ello es que nadie tiene los incentivos suficientes, en primer lugar, para pagar por él y, por tanto, tampoco nadie querrá suministrar el servicio, más allá de lo bueno y deseable que sería para todos. Ante el mismo problema se encuentra el cuidado del medio ambiente, la realización de muchas obras infraestructurales, la seguridad ciudadana, etc. (9)

En términos de la teoría de juegos diremos que existe un "dilema del prisionero" que impide el logro de los bienes públicos, llevando a los involucrados al peor resultado colectivo (10).  El archifamoso dilema es contado así por Dixit y Nabeluff: "El director de una orquesta de la Unión Soviética (durante la era de Stalin) iba viajando en un tren hacia su siguiente concierto y estaba ojeando la partitura de la pieza que iba a dirigir aquella noche. Dos agentes de la KGB vieron lo que leía y, pensando que se trataba de un código secreto, lo detuvieron por espía. Protestó, diciendo que sólo se trataba del concierto para violín de Tchaikovsky, pero no le sirvió de nada. Al segundo día de su detención, el que lo interrogaba entró con aire satisfecho y le dijo: 'más vale que lo cuentes todo, porque hemos cogido a tu amigo Tchaikovsky y él ya está confesando'. Supongamos que la KGB tiene de verdad detenido a otro hombre cuyo único delito consiste en llamarse Tchaikovsky, y al cual están sometiendo independientemente al mismo interrogatorio. Si los dos inocentes resisten este tratamiento, los condenarán a cada uno a tres años de cárcel. Si el director hace una falsa acusación contra el desconocido "colaborador", mientras Tchaikovsky se mantiene firme, entonces el director saldrá beneficiado con un solo año de cárcel (y el agradecimiento de la KGB), mientras que a Tchaikovsky le caerá la friolera de 25 años por recalcitrante. Por supuesto, los papeles se intercambian si el director no confiesa y Tchaikovsky cede a la presión y le acusa. Si los dos confiesan, entonces a los dos se les aplica la sentencia típica de 10 años". (11)

Veamos la "estructura de pagos" (12)  de este juego (los números indican los beneficios obtenidos en cada situación; en el ángulo superior derecho aparecen los beneficios del jugador Tchaikovsky, y los del ángulo inferior izquierdo los del jugador Director de Orquesta):

 

 

 

 

TCHAIKOVSKY

 

 

Cooperar

Defraudar

DIRECTOR
ORQUESTA

Cooperar

3

3

5

0

 

Defraudar

0

5

1

1

 

Si queremos saber qué ocurre cuando ambos -el director de orquesta y Tchaikovsky- cooperan, vamos al cuadrante superior izquierdo. Constatamos así que ambos tienen un beneficio de tres unidades. (Claro que los números son una invención. Nos importa el valor relativo, no el absoluto.) Pero sigamos en el cuadro: si Tchaikovsky coopera pero el director de orquesta decide delatarlo y "admitir" que están tramando una conjura, nos vamos al cuadrante inferior izquierdo: el director logra el máximo beneficio del juego (que se señala con 5 unidades) y Tchaikovsky recibe el peor resultado posible, que en el cuadro se señala como 0 unidad de beneficio. En la medida que el cuadro es simétrico, lo mismo ocurre si quien coopera es el director cuando Tchaikovsky lo delata, lo que se muestra en el cuadrante superior derecho. Si ambos defraudan, el resultado es un magro 1 para cada uno.

Podemos ver que si ambos eligen "cooperar", obtendrán la mayor suma colectiva (3 y 3). Ese sería el resultado esperado. Pero: ¿qué decisión tomará cada uno? El jugador Fila dirá: si Columna coopera, yo gano 3 por cooperar y 5 por defraudar, por tanto, si creo que Columna cooperará, yo defraudo. Si Columna no coopera, yo gano 0 por cooperar y 1 por defraudar, por tanto, si creo que Columna defraudará yo también lo haré. En suma, según mi cálculo, debo siempre defraudar. Así también razona Columna y el resultado del juego es el de la mutua defección. Esto implica, elegir lo que a ambos menos conviene (1 y 1) Ese es el problema de la acción colectiva. Si pensamos en un individuo cualquiera que actúa con un actor que podemos concebir como "el resto de la comunidad", veremos que esa pendiente racional hacia la defección se generaliza, impidiendo el logro de los bienes públicos.

 

LAS FORMAS DE SOLUCIÓN

 

Ante este dilema, interpuesto por nuestra obstinada racionalidad, es posible crear nuevos ámbitos de intercambio político por medio de dos estrategias (13):

1) la cooperación obligada o jerárquica, que típicamente es la solución estatal.

2) la cooperación voluntaria (14), que incluye dos tipos: i) la estratégica-deliberativa (donde se incluye el concepto de gobernabilidad democrática, el de capital social, de responsabilidad social empresarial, etc.) y, ii) el cambio en las preferencias. Veámoslas con más detenimiento.

1) Estamos en una situación de cooperación obligada cuando un tercer actor, fuera del juego, modifica la estructura de pagos (la matriz de costos y beneficios que veíamos arriba), ya sea aumentando los costos de la defección como otorgando beneficios a quienes cooperan. Históricamente, el Estado fue asumiendo para sí la resolución de los problemas de acción colectiva en cada vez más ámbitos de la sociedad. Es decir, progresivamente se consolidó la forma "jerárquica" de acción colectiva. En los años setenta, esa fórmula entra en crisis, dando paso a lo que Jessop llama la fórmula "anárquica" de interacción social, dejando al mercado y la libertad individual la brújula del orden colectivo. Como era previsible, no existió una suficiente cooperación para obtener los bienes públicos que dejó de suministrar el Estado (combate a la pobreza, seguridad de los intercambios económicos, seguridad ciudadana, cuidado del medio ambiente, etc.) Fue así que se abrió paso la cooperación voluntaria.

2) La cooperación voluntaria (15)  consiste en resolver los problemas de acción colectiva para suministrar bienes públicos sin apelar a un tercer actor que nos obligue a ello. Es una solución interna al juego, que tiene dos posibilidades:

a) la recurrencia a la racionalidad estratégica de los actores, basada en las ganancias a largo plazo. Esta fórmula, implícita en las nociones de gobernabilidad democrática, capital social, etc. pretende cultivar relaciones de confianza, deliberación pública, conciencia colectiva y solidaridad que, junto a la revalorización de los beneficios a largo plazo por medio de la institucionalización (que, entre otras cosas, garantiza los retornos futuros en la medida que permanecen las mismas reglas de juego) permitan un clima de efectiva cooperación.

b) la pretensión de un cambio antropológico, por el cual las personas elijan la cooperación ya no por el beneficio posterior sino como un bien en sí mismo; puede apelarse a valores religiosos, a principios filosóficos, a la conciencia de clase, etc. (16)

En suma, el concepto de gobernabilidad democrática porta dos novedades: por un lado, su visión "reticular" de la política, que responde más adecuadamente a la situación del mundo actual, por otro, su énfasis en la cooperación voluntaria, luego del Estado y del Mercado y sin olvidarlos, pero apostando por una deliberación democrática que conjugue las diferencias voluntariamente en acciones colectivas unificadas.

 

LA COOPERACIÓN VOLUNTARIA EN PARAGUAY: ¿HACIA DÓNDE MIRAR?

 

Lo que hemos tratado hasta aquí nos permite adecuar la lupa con la que observaremos la apoyatura de la gobernabilidad democrática en el país. Ya se han realizado estudios exhaustivos sobre las "reglas de juego" institucionales que favorecen u obstaculizan la cooperación entre los actores estratégicos. (17) Ahora pensamos delinear algunos (sólo algunos) de los otros aspectos que también deben atenderse como claves de la gobernabilidad democrática y que apoyan su interés no tanto en las reglas sino en los actores. Será un "calentamiento" para futuros ejercicios empíricos.

 

1) LA FRAGMENTACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO: Una característica de la sociedad paraguaya es su división en compartimentos estancos. El ámbito de resolución de los problemas colectivos, el espacio público, se presenta curubicado, recluida la asociatividad, la confianza mutua y la cooperación en pequeños agregados como la familia o la vecindad. Las conclusiones de una investigación reciente señalan: "En el país siempre ha predominado la comunidad y la 'tribu' por sobre las agregaciones mayores. Las identidades más fuertes son de territorios de pequeños formato, donde ejerce su dominio 'la tribu', la localidad, los vecinos. El gobierno municipal se valora porque es el territorio donde está mi tribu, que es lo que verdaderamente me interesa. Entonces, en un sentido muy profundo, la forma de participación histórica del paraguayo en sus comunidades, es totalmente sectorial y corporativa al interés de su grupo local; de los habitantes del pueblo vecino, que son 'los otros' ya se desconfía." (18)  

En la misma investigación se resalta la importancia de reconstruir el espacio de deliberación democrática. El informe propone: "una nueva forma de hacer política que promueva la articulación de esas distintas necesidades por sectores, (y donde se) podrían desarrollar conversaciones y redes de acción de organizaciones que permitan integrar las necesidades de los distintos grupos, elaborándolas en el nivel de demandas, es decir incluyendo el interés general; entonces así y solo así, se podría promover la lógica de la cooperación en torno a un programa más amplio de país."

 

2) LA POCA CONFIANZA INTERPERSONAL. Según el informe de prensa del proyecto Latinobarómetro de 2003 (19), cuando a los paraguayos se les pregunta cuánto confían en un tercero desconocido, son los que manifiestan, seguidos solamente por los brasileños, el mayor nivel de desconfianza. Por otro lado, las declaraciones de prensa muestran muchas veces un alto nivel de desconfianza y recelos entre los actores estratégicos. Entre empresarios y sindicatos, entre éstos y el gobierno, entre diferentes grupos parlamentarios, etc. Se cruzan acusaciones que impiden una deliberación y articulación efectiva.

Esto se levanta como una muralla para la cooperación. Si una persona cree que los demás no aportarán para la obtención de un bien público, pues no confía en ellos, su decisión debe replicar ese resultado esperado y no cooperar. Indefectiblemente. Por ello la superación voluntaria de los dilemas del prisionero requiere siempre confianza en los demás. La gobernabilidad democrática, el capital social, la responsabilidad social empresarial, etc. necesitan como sustrato vital la confianza entre los involucrados. (20)

 

3) ESCASA "SOMBRA DEL FUTURO". La sombra del futuro es la importancia que se le otorga a los beneficios futuros respecto a los actuales. (21) La resolución voluntaria de los problemas de acción colectiva implica un cálculo estratégico intertemporal de beneficios: si bien a mí me conviene no aportar ahora, puedo hacerlo en la medida que eso llevará a un proceso de cooperación que nos brindará más adelante los bienes colectivos que busco. Según Axelrod, dos cuestiones menoscaban el valor de los beneficios futuros: a) el disfrute inmediato es, comúnmente, más apreciado que el diferido y, b) es posible que exista algún cambio que impida usufructuar los bienes prometidos, por lo que se introduce la incertidumbre. Conversemos sobre ambos problemas en el Paraguay.

a) Es necesario realizar una investigación adecuada sobre el tema. Pero, a partir de datos fragmentarios, es posible afirmar que en el país la sombra del futuro es muy tenue. Dice Romero Sanabria, recogiendo una percepción generalizada: "El paraguayo es increíblemente inmediatista, vive el presente y sólo el presente (...) En guaraní la palabra "mañana" no existe como tal. "Ko'e ramo", su traducción según Antonio Guasch es: "Si es que amanece", "mañana si Dios quiere". Nuestros antepasados no estaban seguros, ni querían estarlo "del mañana", por eso el "si" condicional (...) El mañana,... el futuro, es tan incierto que no vale la pena pre-ocuparse. La virtud del ahorro, la visión de futuro, son vértebras que no encajan en el esqueleto del paraguayo."(22)

Si efectivamente es así, resulta extremadamente difícil alcanzar acuerdos en los que los involucrados resignen algún tipo de beneficio actual en pos de otros mayores, pero futuros. Eso dificulta, hasta el punto de poder impedirla, la resolución voluntaria de los problemas de acción colectiva.

b) La inestabilidad de las reglas de juego y el cambio continuo de los actores estratégicos genera incertidumbre. En esas circunstancias es más arriesgado postergar los beneficios actuales, porque quizás no puedan obtenerse los prometidos en el futuro. La ausencia de institucionalización genera, por lo tanto, una conducta depredadora, un corto-placismo que inhibe la posibilidad de acuerdos. Y la historia política reciente del Paraguay muestra una preocupante inestabilidad: actores que surgen, crecen y desaparecen, gobiernos que no llegan a su término, amenazas de golpe, intentos de golpe, magnicidios, y toda una zaga de exabruptos que hacen gaseosas e intangibles a las instituciones. La previsibilidad es mínima, por lo que los costos de la confianza, excesivos. La estrategia más racional parece ser apoderarse de lo inmediato.

 

4) LA VISIBILIDAD Y EL NÚMERO REDUCIDO DE ACTORES ESTRATÉGICOS COMO ESPERANZA DE CAMBIO. La breve reseña de obstáculos pretende ser, más que un diagnóstico de problemas, una muestra de cómo utilizar la perspectiva de análisis para identificarlos. A partir de ella, son innumerables los aspectos dignos de ser abordados. Pero resta anotar el estrecho círculo de actores estratégicos en el país. Son pocos y se conocen. Esto se abre como una posibilidad de cambio, considerando que la mutua visibilidad y el trato personal pueden constituir la base de una nueva interacción sociopolítica, que facilite la cooperación voluntaria y brinde los bienes públicos necesarios.

Con esa posibilidad en el horizonte es necesario fomentar el diálogo democrático, la deliberación respecto a los caminos del desarrollo, debatiendo sobre los bienes públicos que deberán suministrarse con urgencia y acordando los costos que cada uno pagará para lograrlos. Si en esos círculos se puede cultivar la confianza, la aptitud deliberativa, el respeto, la noción de interés colectivo, la sombra de futuro, etc. a la vez que se potencia a una ciudadanía atenta a los impactos de las decisiones adoptadas, se logrará una democracia gobernable, con los músculos tensos para emprender los desafíos que el Paraguay tiene por delante. Porque los obstáculos son muchos, pero las posibilidades también, y el concepto de gobernabilidad democrática es una herramienta analítica que muestra aspectos interesantes para ordenar la reflexión. Nos señala los desafíos que un sistema democrático, basado en la pluralidad y la participación amplia de la ciudadanía, encuentra al momento de conjugar esa diversidad en acciones colectivas eficaces.

 

LA GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA COMO CONCEPTO EMINENTEMENTE POLÍTICO

 

Luego de lo expuesto es necesario un rápido ejercicio de delimitación. El concepto de gobernabilidad democrática que aquí presentamos alude a la toma de decisiones públicas. Atiende a las formas institucionales que una sociedad se da para resolver sus diferencias. Pero el resultado, la fórmula que en cada caso se encuentra para aglutinar los esfuerzos no es considerada. ¿Esto es una falla de la herramienta? No. Porque estamos hablando de una aptitud de las democracias, y éstas se basan en los medios, no en los fines. Importan los procedimientos (que deben institucionalizarse y cuidarse) pero dejando a la irreductible voluntad de los ciudadanos el trazado de los mapas del futuro. La gobernabilidad, a secas, es la pretensión de darle eficacia a las decisiones públicas. La gobernabilidad democrática tiene el mismo objetivo, pero asegurando una participación ciudadana amplia, potenciando a los grupos más desfavorecidos y respetando los derechos humanos. De esa manera se alcanza la forma política que mejor promueve el Desarrollo Humano. Aunque ese aspecto ya no forma parte del concepto, porque la gobernabilidad democrática no es el destino, sino la avenida. Y esa es una distinción muy importante, porque demarcar las áreas nos permitirá evaluar correctamente las relaciones de causalidad, evitando las recurrentes tautologías por las que suelen deslizarse los analistas desatentos. Esto adquiere especial relieve teniendo en cuenta la complejidad e importancia del tema, y la continua amenaza de un estiramiento conceptual que lo vuelva impotente.

 

GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA Y LUCHA CONTRA LA POBREZA

 

Alertados sobre la importancia de mantener la especificidad política de la noción de gobernabilidad democrática, entonces, podemos delinear su relación con cuestiones de carácter social y económico, como la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Para no distraernos de nuestra pretensión analítica, mencionaremos algunos de los conceptos que trazan los canales comunicantes.

La idea de capital social, por ejemplo, también pretende resolver los problemas de acción colectiva, pero los que se suceden en la vida social. Lo intenta a partir de las dos mismas inquietudes: i) la formación reticular y, ii) la cooperación voluntaria. La promoción de las normas de reciprocidad, la confianza, la asociatividad, etc. permitiría que las personas, que hoy están marcadas por el individualismo (y, por lo tanto, requieren estrategias que surjan desde su propia libertad de decidir), se congreguen voluntariamente tras preocupaciones comunes (23). Este es el "capital" con el que no contaban los economistas al momento de pensar en las posibilidades de desarrollo, y eso permite el crecimiento económico, el empoderamiento de los pobres, el éxito de los proyectos de desarrollo local, etc. (24)

Otra noción que aproxima el concepto de gobernabilidad democrática al combate a la pobreza y la desigualdad es la de Seguridad Humana. Expuesta en el Informe Mundial sobre Desarrollo Humano de 1994, nos dice que si el desarrollo humano no llega a todos, persistiendo la pobreza y las desigualdades, la vulnerabilidad contamina todos los estratos, dentro y fuera del país, ya que redunda en aumento de la violencia, secuestros, terrorismo, desintegración social, etc. (25) Cómo dijo Kofi Annan al momento de recibir el Premio Nóbel de la Paz: "pero no son ellos (los pobres) quienes únicamente pagan el precio de la desigualdad. En última instancia, todos los pagamos: norte y sur, ricos y pobres, hombres y mujeres de todas las razas y religiones. En el mundo de hoy las fronteras no están entre las naciones, sino entre los poderosos y los débiles, los libres y los aherrojados, los privilegiados y los humillados. Actualmente no se puede impedir que las crisis humanas o las violaciones a los derechos humanos en una parte del mundo o en un país pongan en peligro la seguridad nacional de otros países". (26)

Con esto se intenta poner en el centro del discurso político el bien público que debe aglutinar nuestros esfuerzos: la seguridad humana. La gobernabilidad democrática, concepto vacío de contenidos específicos, por tanto, se puede apoyar en ideas que le atribuyan una potencia de cambio social, que la marquen claramente el horizonte último de la concertación sociopolítica. Y las posibilidades de convencer son amplias, porque el estímulo a la cooperación implícito en el concepto de Seguridad Humana ya no quiere ser una apelación a la bondad de los poderosos, sino a su interés individual y egoísta. (27)

 

NOTAS

 

1. Hewitt, C. "Usos y abusos del concepto de gobernabilidad", UNRISD, Ginebra, 1998.

2. Altman, David; "Crisis de gobernabilidad democrática: orígenes y mapa de lectura", en revista Instituciones y Desarrollo, n° 8 y 9, Instituto Internacional de Gobernabilidad, Cataluña, 2001.

3. Ver: Pal, Leslie: "Virtual Policy Networks: The Internet as a Model of Contemporary Governance?" Carleton University, 1997; Renate Mayntz; "Nuevos desafíos de la teoría de Governance" en revista  Instituciones y Desarrollo n° 7, Instituto Internacional de Gobernabilidad, Cataluña, 2000.

4. Prats Catalá, Joan: "Gobernabilidad democrática para el desarrollo humano. Marco conceptual y analítico" en revista  Instituciones y Desarrollo  n° 10, Instituto Internacional de Gobernabilidad, Cataluña, 2001.

5. Prats Catalá; op. cit.

6. Elías Díaz: "Estado de Derecho", en Elías Díaz y Alfonso Ruiz (editores) "Teoría del Estado", Madrid, 1996.

7. Aquí seguimos la nomenclatura de Bob Jessop: "El ascenso del 'buen gobierno' y los riesgos de fracaso: el caso del desarrollo económico", Biblioteca UNESCO: www.unesco.org/issj/rics155/jessopspa.html. Última consulta: 21 de noviembre de 2003. Para este apartado se utiliza también el producto de los intercambios con Diana Durán y Cecilia Caló en el proceso de elaboración de su tesina de grado.

8. Aguiar, Fernando: "La Lógica de la Cooperación", en "Intereses Individuales y Acción Colectiva", Fernando Aguiar (Comp.) Editorial Pablo Iglesias, 1991. El autor hace una distinción: el bien público puro cumple las dos condiciones, mientras que el bien público mixto no se adecua estrictamente a la primera, contemplando, por ejemplo, la posibilidad de colapso (superado un umbral de usuarios, se resiente el consumo de los demás). La verdaderamente importante para nuestro argumento es la segunda condición, por lo que ambos bienes (público y mixto) estarán incluidos.

9. Ilustremos con un ejemplo sencillo: junto a un grupo de vecinos quiero contratar una empresa de seguridad para cuidar nuestro barrio, sometido a la violencia y los asaltos. Todos estamos de acuerdo en pagar la suma mensual convenida, ya que eso nos permitirá la tan buscada seguridad. Pero luego de firmado el contrato, yo realizo mi cálculo racional: si los demás aportan para el bien público, a mí me conviene no hacerlo, ya que disfrutaré de él sin pagar por los costos de obtenerlo. Y si los demás no aportan, yo tampoco deberé hacerlo, porque el bien no se logra suficientemente (sólo algunas horas de guardia, poca cobertura, etc.), y yo pago igualmente por los costos. Por tanto, sea cual fuere la elección de los demás, a mí, que me parece muy razonable el acuerdo, me conviene no pagar mi mensualidad. Si todos siguen el mismo razonamiento, el bien público no se obtiene, a pesar de la conformidad inicial. (Este ejemplo asume como supuestos: a) la racionalidad individual, b) la ausencia de incentivos distintos a los económicos y, c) la ausencia de "sombra de futuro", que definiremos más adelante).

10. En los próximos párrafos transitaremos por la teoría de juegos. Para profundizar en los elementos más importantes que trataremos, se sugiere el libro de Fernando Aguiar , arriba citado.

11. Dixit y Nabeluff: "Pensar estratégicamente", Ed. Antoni Bosh, Barcelona, 1992; citada por Carlos Luján: "Algunas claves para el análisis de procesos de negociación", en revista Prisma nº 10, Universidad Católica del Uruguay, 1998.

12. Es la representación, en un pequeño cuadro, de los beneficios esperados por cada uno de los participantes en el juego, según el cruce de decisiones adoptadas.

13. Acuña plantea diversas formas de resolución de los dilemas del prisionero, que aquí reducimos solamente a dos. Ver: Acuña, Carlos; "Algunas notas sobre los juegos, las gallinas y la lógica política de los pactos constitucionales (reflexiones a partir del pacto constitucional en la Argentina", en "La nueva matriz política Argentina". Editorial Nueva Visión.

14. Jessop (op, cit.) habla de "racionalidad reflexiva" sin subdivisiones como la que aquí se presentan.

15. Jessop (op. cit.) la llama "heterarquía".

16. Ver Acuña (op. cit.).

17. Si bien centran el análisis de la cooperación en la conformación de mayorías parlamentarias, ver: PNUD, IIG: "Diagnóstico Institucional de la República del Paraguay", Barcelona, setiembre de 2002, y PNUD, IIG: "Libro Blanco sobre la Reforma Institucional en Paraguay", Barcelona, febrero de 2003.

18. "Cultura política y prácticas de gobernabilidad democrática. La ciudadanía en su encrucijada." USAID, CIRD, Asunción, noviembre de 2002.

19. Latinobarómetro; Informe de prensa: www.latinobarometro.org.

20. Cuando, ya agotándose la dictadura de Stroessner, el Papa Juan Pablo II visitó el Paraguay insistió repetidas veces en la necesidad de sincerarse. El sacerdote Montero Tirado afirma que dijo eso por el preocupante nivel que la mentira alcanzó en la sociedad paraguaya. "La mentira se ha convertido en una fatal amenaza para nuestra convivencia. Es un cáncer social, que empieza a destruirnos como comunidad. Se está haciendo costumbre y, poco a poco, lo va invadiendo todo: desde la vida privada e íntima con las infidelidades conyugales inconfesas y negadas, hasta las trampas al fisco y las mentiras de la propaganda política". Jesús Montero Tirado: "La mentira como arma social y política", revista Acción, agosto de 1988.

21. Axelrod, Robert; "La evolución de la cooperación". Alianza Universidad Editorial, 1986..

22. Romero Sanabria, Aníbal: "Más paraguayo que la mandioca", Fundación "El Atelier", 1998.

23. Lechner, Norbert; "Desafíos de un Desarrollo Humano: individualización y Capital Social" en Kliksberg, Bernardo y Luciano Tomassini; "Capital social y cultura: claves estratégicas para el desarrollo", BID, FFH, UNIVERSIDAD DE MARYLAND, y FCE, Argentina, 2000.

24. Ver artículos del libro arriba referido.

25. El informe, presentado antes de la Cumbre de Copenhague, tenía como objetivo principal, antes que la gobernabilidad democrática, la articulación de un nuevo marco de cooperación internacional.

26. "Discurso del Secretario General, con motivo de la entrega del premio Nóbel de la Paz". En Revista Cooperación Sur. PNUD - 2001.

27. Si bien, dice Alberto Hidalgo, esa estrategia se ha mostrado poco exitosa hasta ahora. Papers del Curso a Distancia de "Cooperación", organizado por el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad en Asturias y el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo, Oviedo, 1999.

 

NOVAPOLIS – REVISTA DE ESTUDIOS POLÍTICOS CONTEMPORÁNEOS

EDICIÓN Nº 5 – FEBRERO DE 2003

GOBERNABILIDAD COMO INSTRUMENTO

PARA LA REDUCCIÓN DE LA POBREZA

 

Fuente: http://www.novapolis.pyglobal.com

(Registro: Agosto 2011)

 






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