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CÉSAR ROMEO ACOSTA

  LA REALIDAD NACIONAL 1954 - 1979 (Conferencia de CÉSAR ROMEO ACOSTA)


LA REALIDAD NACIONAL 1954 - 1979 (Conferencia de CÉSAR ROMEO ACOSTA)

LA REALIDAD NACIONAL 1954 - 1979,

Dr. CÉSAR ROMEO ACOSTA

 

CONFERENCIA DICTADA EL 6 DE FEBRERO DEL AÑO 1980

EN LA SEDE SOCIAL DE LA ASOCIACIÓN DE FUNCIONARIOS DEL

BANCO CENTRAL DEL PARAGUAY

 

 

LA REALIDAD NACIONAL

 

            El Paraguay en el período que abarca desde 1900 hasta 1954 sufrió un franco debilitamiento. En cambio, desde 1954 en adelante se perfila con toda nitidez una evolución extraordinaria en todos los aspectos de la vida del país.

            Para impulsar el desarrollo del país en todas sus formas, superando aquella realidad económica desalentadora, débil, atrasada, de bajos ingresos y deficitaria, se tuvo que realizar un ordenamiento de la administración y una adecuada programación de los recursos externos e internos, serena y firme para lograr las metas propuestas y permitir el constante ascenso económico y social del país.

 

            Las características principales de aquel período decadente fueron las siguientes:

 

  • Existía una escasa producción primaria por la reducida explotación real de la tierra. La agricultura estaba débilmente concentrada en la zona central, en las riberas de los ríos navegables y en la zona de influencia del ferrocarril. Las grandes extensiones de tierra del Chaco, del Alto Paraná y del norte del país no estaban incorporadas a la producción.
  • El bajo nivel cultural y técnico de esa época, la poca difusión de la enseñanza y la escasa formación de técnicos, se tradujeron en baja habilidad en el trabajo y poco espíritu de empresa.
  • Los pocos medios de comunicación y circulación de las mercaderías como la casi inexistencia de rutas asfaltadas y de ramales de acceso al área de producción, sumada a la irregularidad de los ríos, fueron factores que frenaron el crecimiento del intercambio interno y externo.
  • El frecuente brote de luchas internas fratricidas que al quebrar la paz y el sosiego de la población honrada, no daba tregua a la economía para crecer y desarrollarse, era uno de los peores males de aquella época. Los gobernantes de entonces, ni siquiera plantearon una política de desarrollo.
  • La existencia de grandes latifundios no incorporados a la producción esperaban el capital y la mano fecunda del trabajo que nunca llegaban por el desorden y el desquicio.
  • Existía una escasa incorporación de recursos de capital al sector agropecuario, que tornaba ineficaz la explotación y generaba bajos ingresos.
  • Grandes sectores de la población quedaban marginados de la economía monetaria dada la baja proporción de la mano de obra asalariada, aspecto que al mismo tiempo conducía a la estrechez del mercado interno. El trueque era el sistema habitual del comercio y el «vale» sustituía al dinero en los pagos.
  • El producto interno bruto y el nivel de ingreso por habitante eran bajos para brindar a la población un mejoramiento ostensible de su nivel de vida. El ingreso por habitante no excedía los 80 dólares.

            Hasta 1954 se evidencia una falta de coordinación entre las diversas instituciones encargadas de la ejecución de políticas económicas. Esa deficiencia se manifestaba en la falta de planificación y en el establecimiento de medios y metas de los diversos sectores económicos. La ausencia de coordinación entre los mecanismos ejecutivos y demás instituciones, restaba eficacia al Gobierno en la solución de los problemas. En aspectos relacionados estrictamente al desenvolvimiento de la política fiscal y monetaria en períodos anteriores a 1954 -mejor dicho desde 1904 en adelante- se evidenciaba en la falta de coordinación. La ejecución presupuestaria se convertía en permanente déficit. Como que el aumento de la emisión monetaria no tenía el respaldo de la producción, se convertía en inflación.

            La estrechez o falta de dinamismo del mercado, estaba ligada a las posibilidades de expansión del mercado nacional de poca dimensión por la reducida población del país, de bajo nivel de ingresos, y casi no integrado a la economía monetaria. El país no tenía mentalidad exportadora, y menos política de fomento de las exportaciones. La mediterraneidad exponía a problemas de salida hacia los mercados de ultramar. La absoluta dependencia de bodegas foráneas para el desplazamiento del producto a destino, traducida en costos elevados, determinaban la precaria capacidad competitiva de los empresarios nacionales para incorporarse con solvencia a las corrientes del comercio internacional.

            Bajo las condiciones señaladas, el monto de las exportaciones se circunscribía en no más de un promedio de US$. 33 millones y el de las importaciones USS. 25 millones en los cuatro años anteriores a 1954. Y si esta realidad era cuatro años antes a 1954, ya pueden imaginarse como habrá sido después de 1904, como aparece en las estadísticas de aquella época, que revelan un nivel de exportación sumamente bajo.

 

 

            El crecimiento fue de 33 % anual en los 25 años de gobierno del Presidente Stroessner.

            La balanza de pagos presentaba casi una posición de permanente déficit, las reservas internacionales netas no alcanzaban a US$. 10 millones y -me refiero siempre al período anterior a 1954- los pagos de amortización e intereses de la deuda externa no representaban más del 5 de las exportaciones.

            La economía no crecía porque a pesar de que el PIB en guaraníes constantes crecía a un promedio del 1.75%  anual, en el período de cuatro años que precede a 1954 era totalmente absorbido por el crecimiento poblacional, de un promedio de 2.8 % anual en el mismo período.

            En los períodos anteriores a 1954, la trayectoria monetaria del Paraguay se caracterizó por un proceso de inflación y de inestabilidad. Ahora bien, después de la revolución, de la guerra civil del 47, desde 1948, la inflación cobró impulso inclusive hasta 1955, período en que el país sufría un debilitamiento de la actividad económica causado por la inestabilidad política como consecuencia de la guerra civil de 1947 y por la falta de preparación para el gobierno del Partido Colorado que en esos momentos tuvo dificultades para su consolidación y su permanencia en el gobierno. En ese período se desencadenaron fuertes presiones monetarias expansivas.

            Siempre refiriéndome al período anterior a 1954, debo decir que el servicio bancario comercial se reducía a unos pocos bancos privados en Asunción.

            Pocos ahorros monetarios habían en los bancos; se contaba con una política de crédito para la canalización de ahorros que era letra muerta, con los fondos prestables de los bancos solo se financiaba operaciones comerciales a corto plazo. Los créditos a la producción estaban financiados únicamente por el entonces Banco del Paraguay.

            Después de 1954, más exactamente a partir del mes de febrero de 1956, se echaron las bases preliminares para una revisión sustancial de la política financiera. A fin de frenar la inflación, el Gobierno del Presidente Stroessner instauró un programa de estabilización monetaria que entró a regir en su etapa inicial en el año 1956 para convertirse en agosto de 1957 en un plan a largo plazo destinado a crear las condiciones de estabilidad monetaria para promover el desarrollo de la economía.

            El objetivo del programa de estabilización monetaria fue establecer la confianza en la moneda, fomentar el ahorro, estimular las inversiones, mejorar el comercio exterior y, en general, crear condiciones favorables para promover el desarrollo ordenado de la economía.

            En el orden interno, las principales disposiciones que fueron tomadas son las siguientes:

            1°) Reducción de la asistencia financiera del Banco Central al Gobierno.

            2°) Mantenimiento de la tasa de encaje legal sobre los depósitos bancarios.

            3°) Elaboración de un programa de expansión del dinero y fijación de topes al activo interno neto del Banco Central.

            4°) Esfuerzo de consolidación del equilibrio presupuestario de la Nación.

 

            En el orden externo se tomaron las siguientes medidas:

            1°) El establecimiento de un mercado único de cambio libre aplicado a todas las transacciones cambiarias en reemplazo del régimen de control de cambios.

            2°) Libertad de importación y exportación, salvo artículos relacionados con la seguridad interna.

            3°) Establecimiento de una escala de depósitos previos sobre las importaciones.

 

            El resultado de este programa fue nítidamente favorable, dando lugar a un crecimiento sostenido de todos los sectores de la economía. Cabe señalar que la estabilidad política fue bien aprovechada para lograrse las metas propuestas.

            Los objetivos económicos del Gobierno del Presidente Stroessner fueron obtenidos paso a paso dentro de un esquema político basado en los postulados de la igualdad, la justicia, la soberanía popular, manifestada en la forma republicana, democrática y representativa.

 

 

ASPECTO POLITICO

 

            El robustecimiento del bienestar general del pueblo, sobre bases democráticas y libres y con el «esfuerzo propio» fue el objetivo de una estructura nueva capaz de promover el crecimiento económico y social, metas que fueron logradas en su más amplia dimensión. El Gobierno del Presidente Stroessner y el Partido Colorado son los únicos y auténticos forjadores de esta realidad.

            Sin embargo, sectores políticos escudados en un supuesto Acuerdo Nacional se empeñan en negar estos éxitos. Es el marxismo puro señores, que está en la médula del «socialismo» y que no aflora en la propaganda proselitista, la que pretende negarlo; el «marxista» siempre esconde su rostro verdadero, ofrece un programa máximo disimulado, ataca la inflación, los bajos precios de la agricultura, los abusos de la autoridad, aparecen como víctimas de violaciones de los derechos humanos, como mártires de la «libertad»; pero, la verdadera identidad está escondida y enraizada en la hegemonía política de una sola clase, en el totalitarismo, en la supresión de la propiedad, privada y en el establecimiento de una sociedad «socialista», que puede ser «marxista», «leninista» o cualquiera de las variedades tipificadas como «comunista», o que puede ser un socialismo del llamado «europeo», fundado en altos impuestos para una supuesta mejor redistribución de la riqueza aniquiladora de la libertad de empresa y de la actividad económica individual.

            Escapa a esta exposición el análisis más completo de la verdadera identidad del «marxismo»; de sus paradojas, de sus siniestros procedimientos, su violencia extremista, pero, es necesario que recalquemos que el sosiego, el bienestar, el respeto a los derechos humanos, a la Constitución y a las leyes han permitido al Gobierno del Presidente Stroessner llevar al país a los altos niveles de bienestar mediante esquemas políticos claros, sinceros y bien definidos como expresión de una realidad democrática. Una realidad política en base a la libertad, no a una libertad puramente formal, sino una verdadera libertad como sustentación firme y coherente de una nación sin ataduras, orgullosa de su independencia y de su propio nacionalismo como realidad política.

            Considero propicia esta oportunidad para tratar con franqueza y claridad un tema de importancia para el país. Estimo que el desarrollo tiene como una de sus bases fundamentales la participación de los trabajadores organizados. El gobierno Colorado del Presidente Stroessner tiene plena conciencia sindical y aprecia en toda su magnitud sus alcances. La acción solidaria de los sindicatos obreros, del gobierno y patrones permite el crecimiento de la economía. Nunca estuvimos divorciados del bienestar a que tienen derecho los sectores sociales constituidos por los trabajadores, tanto de la ciudad como del campo. Por eso en nuestro país -en el presente- las estadísticas muestran un bajo índice de desocupación que llega apenas al 3 % de la población económicamente activa e incluye cifras mayoritariamente satisfactorias del incremento del ingreso «per cápita». El Banco Mundial estima que el ingreso «per cápita» de la población paraguaya es de 800 dólares anuales en dólares corrientes.

            El acelerado crecimiento de nuestro país, entre otros factores, se debe a las masivas inversiones públicas y privadas que están transformando nuestra economía.

Esta transformación necesariamente debe ir acompañada de algún grado de inflación. Es fácil comprender que para lograr objetivos de envergadura hay que vencer los obstáculos que plantean el crecimiento de la producción y el mejoramiento del nivel de vida.

            Frente al desequilibrio que crea la inflación, debemos tener la certidumbre de que solamente lograremos un clima de auténtico crecimiento cuando la inversión sea continua, como ahora. Las fuentes de trabajo y el incremento de la productividad -que no es otra cosa que un programa escrupulosamente planeado y ejecutado de capacitación y avance profesional con miras a un mejoramiento progresivo del factor humano para más altos rendimientos- también deben ser continuos.

            Actualmente la inflación internacional tiene repercusiones internas agudizadas por la inflación de los países vecinos con los que mantenemos un activo comercio. Estos factores también distorsionan los precios internos.

            Pero, un clima que posibilite un mayor poder adquisitivo salarial, una acumulación de capital humano y físico, naturalmente se obtendrá con un programa de desarrollo con estabilidad y esto requiere la conjunción de voluntades; para lograrlo es necesario el aporte solidario de todos los sectores productivos.

            Afortunadamente en nuestro país puede apreciarse todavía que el proceso inflacionario es moderado y que la estabilidad lograda por muchos años puede recuperarse con la participación de todos en el desarrollo económico del país.

            La inflación que en la década del 60 ha sido del 4 y 5 por ciento anual, llegó en 1979 al 28.2 por ciento. Y este índice podemos considerarlo como moderado en la actualidad frente a la inflación promedio de países vecinos y otros de mayor desarrollo que el nuestro. Es nuestra intención abatir este mal por debajo del índice a que hemos llegado en 1979 con un sacrificio común de recuperación.

            La propia solidez de nuestras finanzas como sujeto de crédito para obtener mejores condiciones de financiamiento externo es un factor tranquilizador en cuanto a la inflación.

            No deseo repetir todo lo que se ha dicho para lograr el fortalecimiento de nuestro sistema financiero en el que la banca central desempeña un papel preponderante al no restar recursos al sector privado ni recurrir a emisiones monetarias excesivas.

            Un alto crecimiento, la reducción de la inflación y el alza de la inversión, serán objetivos primordiales que permitirán avizorar una mejoría sostenida y real. El esfuerzo será compensado con las realidades alcanzadas.

            La deuda externa del Paraguay tiene un saldo neto al 30 de noviembre de 1979 de 690 millones de dólares, deduciendo los repagos y préstamos no utilizados.

            Es importante señalar que nuestra deuda externa tiene una estructura adecuada en plazos, intereses y monedas. La balanza de pagos y los compromisos financieros perentorios que inexorablemente presionarán sobre el financiamiento de la deuda externa permitirán de este modo al país una mejor atención de esos servicios. Por eso, considero de gran importancia los decretos recientemente promulgados por el Poder Ejecutivo el 5 de enero de 1980, que establecen criterios para un mejor ordenamiento de la inversión pública y sobre todo de los préstamos externos que en lo sucesivo requerirán la previa autorización del Consejo Nacional de Coordinación Económica para la concertación de esas operaciones financieras por las Entidades Públicas.

            En la balanza de pagos se observa déficits en la cuenta corriente en sentido creciente desde 1974. Este desequilibrio se ha reflejado persistentemente en la balanza de pagos de los países latinoamericanos no productores de petróleo. Entre 1965 y 1970 el déficit alcanzó un promedio anual de 2.000 millones de dólares en  Latinoamérica. En lo que atañe al Paraguay el saldo del déficit de la cuenta Corriente al 31 de diciembre de 1978 fue de 244.535.000 dólares. Este déficit no es elevado y proviene de inversiones directas y donaciones, de préstamos de fuentes oficiales externas y en menor escala de fuentes privadas y es un complemento del ahorro interno que contribuye al crecimiento económico y asegura volúmenes satisfactorios de inversión. Así, el perfil de la deuda externa y el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos no deben considerarse excesivamente gravosos para ningún período futuro del país puesto que el componente principal de este déficit es la importación de bienes de capital tan necesario para nuestro desarrollo.

            De todo lo expuesto se puede deducir qué el Gobierno, dentro del marco de la nueva Constitución, de la Declaración de Principios y Nuevo Programa Partidario aprobado por la Convención del Partido el 7 de octubre de 1967, del Programa de Desarrollo Económico y Social de la coordinación de la conducción económica y financiera, ha promovido el proceso más complejo y el avance más positivo del Paraguay en los últimos 25 años del gobierno del Presidente Stroessner.

            El Paraguay es un país donde la iniciativa es posible, donde el fruto del trabajo, del ahorro y del rendimiento de ambos constituyen una garantía para los descendientes en virtud de la herencia; es un país donde los poderes públicos garantizan las libertades fundamentales del hombre; a nadie se prohíbe salir del territorio nacional; las empresas se desenvuelven libremente con mayores expectativas de bienestar; no se trasladan poblaciones en función de necesidades colectivas de un lugar a otro. Gracias a la libertad económica existe libertad política; no se establecen límites a la prosperidad individual, y, por tanto, el panorama político y económico del Paraguay fundado en sus leyes, en su tradición y en su peculiarísimo pueblo, refleja una nueva concepción, un nuevo modelo de sociedad que se proyecta al futuro con una dimensión realista.

            Antes de seguir adelante, desearía hacer un paréntesis para referirme a una campaña que desde hace varios meses atrás viene realizando la prensa en base a declaraciones formuladas por dirigentes de entidades gremiales empresariales sobre los dos puntos:

            1) Iliquidez de la economía y recesión agroindustrial, y

            2) Riesgos del cambio, reajuste monetario para el sector ganadero y de la vivienda.        

            La falta de comunicación directa de los dirigentes de estas entidades gremiales con las autoridades del Banco Central, ha dado origen a formulaciones que demuestran una información incompleta en la consideración de dichos temas.

            Y así el diario La Tribuna del día 21 de enero de 1980 afirma que un grupo de industriales paraguayos (no se dice quienes son, ni a quienes representan) hizo llegar al diario un trabajo elaborado por ellos mismos sobre problemas que aquejan al sistema económico nacional y que uno de los puntos que más les preocupa es la «restricción del circulante» impuesta por el Banco Central.

            A esta preocupación muy legítima, ya que se basa en la posición natural de la defensa de sus intereses gremiales, debo decir que las medidas tomadas por el Banco Central responden a objetivos superiores. Entiendo, y así también lo entiende el Directorio del Banco Central, que un sistema aconsejable y demostrado en países de nuestras mismas condiciones y en otros más adelantados es importante que exista equilibrio entre la oferta monetaria total y el nivel de la producción de bienes y servicios para lograrla estabilidad monetaria o bien para amortiguar las consecuencias de la inflación externa.

            Puedo asegurar que nuestra política monetaria responde a un ordenamiento de la economía cuyos frutos fueron recogidos mediante el trabajo del Gobierno, de los empresarios y del pueblo con un sano juicio, del que podemos enorgullecernos los paraguayos. No pretendemos lograr un desarrollo económico mecánico, lo que implicaría un error, sino que deseamos mantener los requisitos previos indispensables y apropiados para establecer una economía libre, renovadora y con el pensamiento siempre puesto en el ser humano.

            Por consiguiente tenemos una mística y una moral que va más lejos que los límites de la economía y es esto lo que caracteriza la acción del Gobierno.

            Ahora bien, la relación entre el circulante y la producción a que hacen referencia los gremios empresariales y la supuesta «recesión económica» están desprovistas de fundamentos por las razones siguientes: el medio circulante creció a un ritmo muy superior que la producción interna en los años recientes. La entrada de divisas ha sido el principal factor de creación del dinero. Frente a la rápida expansión del circulante el aumento de la producción ha demostrado notables altibajos. Es decir, que el ritmo de la producción varió en cada año como consecuencia de la acción de factores «no monetarios», tales como la competencia exterior, la lentitud en la modernización y ampliación de muchas industrias que producen con altos costos y no pueden competir con productos similares extranjeros, pese a los beneficios fiscales acordados.

            Por otra parte, se destaca la ausencia de una respuesta positiva de la producción y de la productividad al aumento de la demanda interna causada por la elevación de los ingresos monetarios de la población. Esto condujo a estimular las inversiones especulativas y acentuar la inflación. En otras palabras, frente a la abundancia del dinero la industria no ha demostrado una reacción positiva sino que el exceso del dinero se ha convertido en un estímulo de la inflación. El cuadro siguiente demuestra el aumento del medio circulante, del índice de la producción y el PIB:

 

 

            El dinero se ha incrementado de manera más acelerada que la producción real y la inflación ha aumentado en los mismos períodos. Ante esta circunstancia, no hemos titubeado en regular el volumen del dinero para evitar una inflación más aguda que visiblemente se materializaba y por cuyo conducto podría perderse el fruto del trabajo del pueblo paraguayo.

            El crecimiento desmedido del circulante es un elemento que ha contribuido a la elevación de la tasa inflacionaria. Es evidente que ante tales circunstancias al Banco Central le correspondió la adopción de medidas correctivas; y así se hizo. Y lo hizo gradualmente tan pronto se manifestó el auge del dinero.

            Considero que la economía se está conduciendo ordenadamente; que no somos «dueños de la verdad» ni tenemos recetas infalibles. Coincidimos con las aspiraciones empresariales en todo aquello que signifique renovación, opiniones constructivas y el natural deseo de proseguir con un desarrollo sin inflación; pero no creo que el brillo alcanzado por la prosperidad de nuestro país deba empañarse dando rienda suelta a una crítica sin argumentos.

            En resumen está demostrado, en cifras, que no existe iliquidez y tampoco recesión por falta de «circulante».

            En lo referente al «riesgo de cambio», «reajuste monetario» para el sector ganadero y la vivienda, calificados como una «injusticia inadmisible desde todo punto de vista», «que no responde a elementales normas de equidad», «acto discriminatorio», «nulo y sin ningún valor según la Constitución Nacional», «que aleja a los ganaderos de su vinculación con el Fondo Ganadero». A todos estos adjetivos me complace aprovechar la oportunidad para responder a los mismos con toda responsabilidad y con el material necesario para salvaguardar el buen nombre del Banco Central como portavoz del Gobierno en la esfera específica de sus funciones dentro del ordenamiento de la economía paraguaya.

            Mi respuesta es la siguiente:

            La objeción principal en cuanto al «reajuste» es la diferencia del reajuste de capital entre los préstamos a la ganadería por el Fondo Ganadero que fue fijado en 12 % y el reajuste a los préstamos para la vivienda que fue fijado en 7 %. Le diferencia se debe a las distintas fuentes de recursos con que cuentan el Fondo Ganadero y el Banco Nacional de Ahorro y Préstamo para la Vivienda para sus operaciones crediticias. El Fondo Ganadero obtiene sus recursos de fuentes externas con cláusulas de reajuste en dólares constantes; en cambio las Entidades de Ahorro y Préstamo para la Vivienda obtienen sus recursos de fuentes locales, es decir, de los depósitos de ahorro de sus clientes. Entonces, hay que tener en cuenta que el Fondo Ganadero es castigado doblemente por la desvalorización del dólar en el mercado internacional y la inflación interna, mientras que las Entidades de Ahorro y Préstamo solamente cargan con los efectos de la inflación interna. En consecuencia, el Fondo Ganadero se halla en situación menos favorable que las Entidades de la Vivienda para mantener intacto su capital mediante la aplicación del reajuste monetario. En 1979 la tasa de inflación del Paraguay ha sido de 28.2 % y de acuerdo a los convenios de préstamos del Gobierno del Paraguay con el Banco Mundial para el fomento de la ganadería, la tasa de reajuste a cargo del deudor debería ser 28.2 %; sin embargo, el Banco Central ha dispuesto como una ayuda a los prestatarios que dicha tasa fuese compartida por las instituciones mencionadas y los prestatarios de acuerdo a sus respectivas condiciones financieras. Por eso, el Fondo Ganadero absorbió 16.2 % y los deudores de dicha institución 12 %, y, en cuanto a las Entidades de Ahorro y Préstamo la tasa de reajuste fue del 7 % para los prestatarios y 21.2 % para las Entidades. Como expresé más adelante, la diferencia de dichas tasas de reajuste se debe a las condiciones financieras de las mencionadas Entidades de crédito, que son diferentes. El propósito evidente del Banco Central era prestar una ayuda equitativa a los prestatarios que, debiendo pagar 28.2 % en concepto de reajuste monetario solamente pagaron 12 % para el Fondo Ganadero y 7 % para las Entidades de la Vivienda. La diferencia, repito, fue absorbida por cada una de las dos instituciones ya mencionadas.

            En conclusión, la fijación de la tasa de reajuste del 12 % para los préstamos del Fondo Ganadero tiene su plena justificación en el aumento de la cotización en términos de dólares de las monedas extranjeras fuertes utilizadas para las operaciones de crédito del Fondo Ganadero. Esta variación constituye pérdidas para el Fondo y también está plenamente justificada la tasa de reajuste para las Entidades de Ahorro y Préstamo. Hay que saber que las dos instituciones, con las tasas de reajuste de 1979 se descapitalizaron en favor de los prestatarios.

            Otros puntos como por ejemplo la productividad, restricciones al financiamiento a largo plazo para la ganadería y otros temas, por inexactos y de poca relevancia no los voy a comentar. Solamente consigno el cuadro de saldos de préstamos concedidos a la ganadería en millones de guaraníes en 1978 y 1979, que demuestra el fuerte apoyo crediticio a este sector productivo del país.

 

 

 

            Como puede apreciarse, la ganadería recibió créditos por Gs. 6.277 millones en 1979, o sea, el 36 % más del monto del año 1978.

            Espero que esta declaración pueda contribuir para una mejor comprensión de nuestros objetivos, de nuestras funciones y de la política monetaria cuya ejecución ha sido confiada al Banco Central.

            Uno de los puntos más importantes y sobre todo juzgando del lado moral es que nuestra economía mejora en forma continua, el standard de vida y el bienestar del pueblo.

            No se obliga a nadie a hacer algo contra sus propios intereses. Al contrario se facilita al hombre desarrollarse en bien de sí mismo, tal como resulta del ejemplo de la aplicación del Programa de Desarrollo Rural Integrado, que ha favorecido a las masas campesinas de Repatriación, Juan León Mallorquín, Juan M. Frutos, Itapúa, y ahora el Eje Norte que entrará en ejecución.

            Estos proyectos aumentan la satisfacción general de los campesinos porque contribuye a la formación de condiciones de vida superiores a las actuales; es un verdadero programa socio-político aplicado por primera vez en el Paraguay justamente en momentos en que realmente es una necesidad apoyar al bienestar de cada uno y de todos mediante el uso apropiado de la tierra, crédito, la salud, las vías de comunicación que el desarrollo económico exige en el presente. No es una «panacea» es una «realidad tangible» que se debe a la política del gobierno del Presidente Stroessner de continuo equilibrio, de evaluación y de trabajo en colaboración.

            Teníamos que cumplir con un compromiso inexorable con los funcionarios del Banco Central; y ese, compromiso era la creación del Departamento de Recursos Humanos. Ahora me complazco en anunciarles que este Departamento entrará a funcionar en el curso del presente año y al que le asignamos una gran importancia.

            La carrera bancaria como parte regular y significativa del crecimiento económico del Paraguay merece especial atención. El desempeño profesional se torna cada vez más exigente; el rendimiento del funcionario en el Banco se podrá lograr únicamente mediante una programación y revisión crítica constante del desempeño de los empleados.

            Por eso creo que el Departamento de Recursos Humanos deberá tener un programa para el desarrollo del personal que incluya los puntos siguientes:

1. Capacitación del personal.

2. Desarrollo en la función administrativa.

3. Asistencia académica.

4. Cursos de procesamiento automatizado de datos.

5. Programas audiovisuales.

6. Programas autodidácticos.

 

            Una labor congruente y en consonancia con el desempeño de las funciones específicas de los funcionarios, contribuirá a la elevación de los servicios que el Banco presta al público.

            Este es el objetivo que tenemos y que deseamos cumplir desde la iniciación de los trabajos del Departamento de Recursos Humanos.

            Me complazco en anunciarles, señores, que la capacitación y el avance serán metas prioritarias de nuestra labor y que permitan alcanzar en el futuro nuevas posibilidades de éxitos y de avance de la institución a la cual pertenecemos.

 

 

RESUMEN

 

            1°) He hablado de todo un poco, pero mi intención principal al hacerlo era recalcar que si el Paraguay de hoy se halla en los niveles económicos, sociales y políticos elevados se debe a la acción fecunda del Gobierno del Presidente Stroessner, del Coloradismo y de la fiel interpretación de sus postulados. Nuestro país está en marcha acelerada y seguirá perfeccionando sus instituciones en base a la paz y la seguridad nacional. La presencia del Presidente Stroessner en el Gobierno ha sido el factor decisivo.

            2°) Gracias a un Gobierno sin flojedades y firme se ha podido asegurar un orden económico garantizando la libre empresa y la competencia, creando fuentes de trabajo, ajustes de salarios e ingresos para todas las capas sociales.

            3°) Nuestro sistema ofrece un campo ilimitado de «oportunidades» a la juventud, oportunidades de superación, cosa que no ocurre con los sistemas «socialistas» y «comunistas» donde no hay ascenso de una clase a otra, no hay libertad sino esclavitud, donde no hay posibilidades de hacer inversiones privadas y ser dueños del fruto de su trabajo. El partido Colorado ofrece amplia esfera de acción a la juventud, amplio desenvolvimiento. El que desea estudiar una carrera profesional no tiene barreras, bastan las posibilidades personales de cada cual para aprovechar esas posibilidades y mejorar constantemente. Esto es lo que la juventud debe apreciar, conservar y comprender.

            4°) Está visto que el Gobierno y el partido Colorado benefician a todas las clases sociales, al empresario, a los trabajadores, a los agricultores, al empleado, al funcionario, a la clase media, a los profesionales independientes a través de una política económica que permite el crecimiento enérgico del país y con una sensata estabilidad monetaria.

            5°) La década del 80, por todo lo expuesto, ofrece perspectivas inmejorables para un más alto desarrollo del país, con la utilización de más recursos propios de lo que disponíamos en 1979 y que permitirán una gran evolución industrial y mejoramiento de niveles de vida.

            6°) El futuro ferrocarril con el Brasil y los acuerdos de cooperación con los países vecinos en una asociación económica y de defensa de intereses mutuos o recíprocos para el desarrollo, aseguran al Paraguay un futuro promisor.

           

            Todos los que han seguido de cerca el desenvolvimiento de nuestro desarrollo económico y social durante los últimos veinticinco años reconocen que hemos echado las bases de una sorprendente y rápida evolución del país, que estaba totalmente atrasado y sin perspectivas de futuro; hemos creado fuentes de trabajo para un porcentaje elevado de compatriotas que están regresando al Paraguay y otros que están ansiosos de hacerlo por el bienestar alcanzado sobre todo por las masas ciudadanas de «menor ingreso», por el campesinado, que han cambiado su modo de vida.

            Los viejos ranchos de pared de adobe y techos de paja, nidos de vinchuca y centenares de insectos, se han reemplazados por viviendas construidas con ladrillos y techos de tejas, los campesinos cuentan con servicio de energía eléctrica, pues se están inaugurando día a día más servicios de luz eléctrica; como ejemplo puedo mencionar el circuito Iturbe - Borja - San Salvador - Tebicuary - Coronel Martínez - Félix Pérez Cardozo e Itapé que acaba de completarse con la inauguración que se hará en Itapé el 15 de Febrero, una de las más modestas poblaciones de la República a la que le alcanza este transcendente factor de progreso y que estoy seguro que será aprovechado por nuestros compatriotas en toda su dimensión. Los campesinos abandonaron el caballo, el buey, los medios de tracción a sangre para reemplazarlos por vehículos y tractores a motor; tienen radios, televisión, heladeras y todo el confort de un nuevo sistema de vida que les ha proporcionado estos veinticinco años de gobierno del Presidente Stroessner y el Coloradismo.

            Estos éxitos visibles, innegables, duraderos y esenciales, esta realidad -a sabiendas y con total falta de patriotismo- pretenden negar aquellos que jamás supieron oír el clamor de las aspiraciones del pueblo paraguayo. La brecha entre lo que fue el Paraguay -atrasado, débil y empobrecido- y lo que es ahora, un país con dominio de sí mismo, de su riqueza, de su decoro y dignidad, que cualquier análisis imparcial que puede hacerse, de lo que fuimos y de lo que somos, conducirá a confirmar estas afirmaciones. La práctica política que trata de desnaturalizar la verdad es peligrosa y es el arma usada con cinismo por los «marxistas». Debemos contrarrestar este peligro con la verdad, y la misma prensa inadvertida o intencionalmente se presta a esta publicidad engañosa. Estos elementos disonantes no lograrán sus objetivos, ni amedrentarán a las grandes masas populares del Coloradismo con sus «amenazas». La libertad y la seguridad serán mantenidas en forma equilibrada para proteger la paz y el bienestar de nuestro pueblo.

            Por eso termino exhortándoles jóvenes funcionarios del Banco Central, con estas tres palabras:

1°) Lealtad al Presidente Stroessner;

2°) Confianza en el Partido Colorado y sus líderes; y

3°) Fe en nosotros mismos y en los destinos de nuestra Patria.






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