¿REPARTIR PESCADO O ENSEÑAR A PESCAR?
Escrito por: MANUEL FERREIRA BRUSQUETTI
Agosto 2010
¿REPARTIR PESCADO O ENSEÑAR A PESCAR?
En los últimos tiempos, y a partir de acciones del Estado tendientes a aliviar la pobreza, como es el caso de los sistemas de transferencias condicionadas, parecería haberse generado un debate sobre si hay que enseñar a pescar o repartir pescado a la población.
En los últimos tiempos, y a partir de acciones del Estado tendientes a aliviar la pobreza, como es el caso de los sistemas de transferencias condicionadas, parecería haberse generado un debate sobre si hay que enseñar a pescar o repartir pescado a la población.
A primera vista, parecería que ambas propuestas son absolutamente contrapuestas. Sin embargo, en un examen más detallado, esta aparente verdad se diluye. Partiendo de la base que no se puede buscar sólo el crecimiento sin que éste involucre a cada vez más gente en sus beneficios, vemos que hoy mucha gente se sube sólo marginalmente al caballo del crecimiento. Uno de los problemas con el crecimiento que tenemos hoy es que, si bien es generador de empleo, el potencial empleado en las nuevas actividades derivadas de la mayor dinámica económica, debe ser una persona con un nivel de calificación que muy pocos poseen en nuestro país. Por su parte, la contraofensiva de quienes persiguen una sociedad igualitaria en cómo dividir la torta, ha distraído la atención de la tarea fundamental de producir una mejor torta.
La política adecuada parecería ser una combinación de ambas. Si no se trabaja seria y radicalmente en dotar al paraguayo promedio de capital humano adecuado de modo tal que sea empleable en lo que el mercado demanda, amplios sectores de la población no tendrán futuro. Pero si no se trabaja en el corto plazo en garantizar que la gente pueda sobrevivir, tampoco habrá futuro.
A más de esto, reducir la desigualdad genera mayor eficiencia económica. La articulación entre equidad y eficiencia tiene su origen en diversos elementos. En primer lugar, las instituciones económicas que sostienen altos niveles de desigualdad son generalmente costosas de mantener. Imaginemos nomás el costo que tiene para nuestra sociedad la cantidad de pobres que existen. Si esa misma gente pudiese tener un empleo decente pasaría de ser un costo a ser un generador más de riqueza.
Una segunda dimensión de articulación entre eficiencia económica y desigualdad está representada en el hecho que sociedades más iguales son capaces de soportar mayores niveles de confianza y cooperación que sociedades muy divididas. Una sociedad donde los niveles de confianza y cooperación son mayores es de por sí más barata. Si no confío en alguien para realizar una transacción, voy a tener que invertir un montón de recursos, no sólo para investigar a esa persona a profundidad, sino también para generar mecanismos de protección contra posibles futuros engaños. El resultado es menor cantidad de transacciones y, por tanto, menor generación de empleo y bienestar.
Un tercer elemento es que la distribución de estructuras de incentivos que emerge de sociedades altamente desiguales es ineficiente. El problema es que comportamientos necesarios para obtener altos niveles de productividad (trabajo duro, actualización tecnológica, toma de riesgos, entre otros) son difíciles de controlar, ya que no pueden ser especificados en un contrato de trabajo. Como la gente no puede determinar los incrementos de productividad derivados de sus actos, no puede identificar su aporte a la generación de riqueza, lo cual sumado a una remuneración marcadamente menor que la de otros sectores de la población, genera desincentivos al trabajo. Si bien siempre existirán problemas de incentivos, los costos de este tipo de problemas serán marcadamente inferiores en sociedades más igualitarias.
Podemos afirmar que crecimiento con equidad se vuelve una posibilidad real, deseable y que debemos intentar construir. Los objetivos fundamentales de una propuesta económica relevante deberían ser el logro de la eficiencia económica y la justicia distributiva. El desafío consiste en poder combinar ambos elementos para que no se desangren los recursos en el pescado y sobre dinero para tomar clases de pesca.
Fuente: http://www.dende.org.py (Registro: Junio 2011)
