CHE PESEBREMI
Letra: GREGORIO NARVÁEZ ARCE
NIÑO ARA EN EL FRENTE DE BATALLA
Quizá, para ningún pueblo, no haya sobre la tierra mayor desgracia que una guerra. Cuando suenan los tambores bélicos reclamando la sangre joven de los hijos de una patria es cuando la vida se detiene al filo de la muerte. Entonces, para los combatientes y para los suyos -padres, hermanos, novias, esposas, amigos- la esperanza tiene un solo norte: que regrese vivo a su vy'aha el soldado y acabe la pesadilla de las trincheras.
EMILIANO R. FERNÁNDEZ fue el que acompañó con su vigorosa poesía la Guerra del Chaco. En memorables páginas conmovió al país sensibilizado por el avance de las tropas bolivianas. ROJAS SILVA REKÁVO, de la preguerra y 13 TUJUTÎ son los hitos más rotundos de su obra de referencia bélica.
FÉLIX FERNÁNDEZ dejó también un estremecedor poema musicalizado por DIOSNEL CHASE: TUPÃSY CAACUPÉPE. Aquí la emoción de un autor se introduce en el alma de una madre que ruega a la Virgen que su hijo regrese sano y salvo del infierno de las batallas.
El poeta nicaragüense ERNESTO CARDENAL, luego del derrocamiento del sanguinario dictador ANASTACIO SOMOZA -ajusticiado en nuestro país el 17 de setiembre de 1980-, dijo que la poesía en el combate es un formidable compañero de lucha. Fortalece el ánimo. Entusiasma. Y es un canal para que el combatiente-poeta exprese sus sentimientos.
En este contexto hay que entender los versos escritos por el capitán guaireño GREGORIO NARVÁEZ ARCE -autor de la letra de VILLARRICA CHE CIUDAD- en las cercanías de la Navidad de 1932 en el fortín Saavedra.
Añorando el mbokaja poty, sin ka'avove'i ni piririta rupi'a para colgar en el pesebre, con lo que tiene a mano en la guerra, Narváez Arce armó, en las pausas del intercambio de tiros, su pesebre. Su ingenio y creatividad fueron moldeando, con lenta paciencia, un pequeño espacio para el Niño de Belén. Habrá sido un Niño triste porque ninguna criatura puede ser feliz en el escenario de una carnicería. Fue allí donde nació el poema CHE PESEBREMI.
Terminó la guerra y Gregorio -quien había nacido en Villarrica el 9 de mayo de 1914, falleciendo en Asunción el 23 de diciembre de 1975- se fue hasta Loyola (ubicada en la jurisdicción de San José de los Arroyos) a visitar a su madrina de guerra Francisca Cabral de Bogado, más conocida como doña Panchita. Esta señora había sido madrina de otros 15 soldados, sub-oficiales y oficiales combatientes, entre ellos quien luego sería el general PABLO ROJAS.
"Junto con el poema, que me entregó personalmente, me trajo, como trofeo de guerra, una navaja de afeitar que perteneció al teniente primero JUAN PONCE. Era un regalo de la madre de éste a su hijo que fue tomado prisionero por los paraguayos. Estaban a punto de matarlo cuando mi ahijado se plantó y les sacó de las manos a los verdugos al militar enemigo. Como prueba de gratitud por salvarle la vida, el oficial le regaló la cuchilla", cuenta doña Panchita.
Gracias a esta admirable mujer que vive en su chacra de Loyola, hoy es posible salvar del seguro olvido el poema que testimonia una vivencia navideña en la Guerra del Chaco.
CHE PESEBREMI (*)
Dedicado a mi madrina de guerra FRANCISCA C. CABRAL
(Doña Panchita)
Reínte avei aime mombyry che válle rorýgui
oguahêvo oúvo ko pesebre ára javy'ahaite
kóina che avei ambojeguapa "Saavedra" potýgui
ko che tapýîmi hyakuãvu rei pytumby jave.
Aikuaa põrã ku región hovy, amoite Oriental-pe,
oiméne osaingo sandia ryakuãvu pakuri meme
ha che avei narõtîriete che pesebre apo
napehendumi mba'epa avei osaingo hese.
à sonsérami ambyatyva'ekue tapégui ahasávo
desde "Boquerón"ha péicha "Saavedra"-pe ambosako'i
amopu'ãmi yvyra rãkã hogue jero'ávo
ametralladora remitỹngue po'ígui rei.
Ojeguapami che yvyra rãkã cañón pirekuégui
Máuser ha metralla ko' ápe ha pépe hatiãi rei
ha heta trofeo voli mba'ekue aguerúma tapégui
teniente Velilla kurusu ypýpe tambojeguami.
Hetaite mba'éko jahecha ko'ápe ko ka'aguypýre
tomombe'umínte Regimiento Siete-pegua kuimba'e
oimeha osaingo ovava rei jatagan apyre
ño voli nambi, heta coronel ha Ustares ãkãngue.
Ndikatui voi ja'epa haguã la ápe arekóva
Niñomi jerére...ajépa ovy'áne che Máuser mbyky,
único ofalta ijaty hese ku vy'a ojapóva
kuña morõtî áva sa'yju, resa'ýî hovy.
Letra: GREGORIO NARVÁEZ ARCE (*)
(*) Escrito en el kilómetro 7, Saavedra, diciembre de 1932
FUENTE (ENLACE INTERNO):
LAS VOCES DE LA MEMORIA - TOMO VI
HISTORIAS DE CANCIONES POPULARES PARAGUAYAS
Autor y ©: MARIO RUBÉN ÁLVAREZ
Edición del autor y Julián Navarro Vera
Dibujo de tapa: “MBOKAJA HA’EÑO”,
Óleo de CAMILA FRETES GÓMEZ
Diseño de tapa: JOSÉ ALFREDO BENÍTEZ
Editora Litocolor S.R.L.
Asunción-Paraguay 2006