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JULIO JOSÉ CHIAVENATO

  GENOCIDIO AMERICANO. LA GUERRA DEL PARAGUAY (Obra de JULIO JOSÉ CHIAVENATO)


GENOCIDIO AMERICANO. LA GUERRA DEL PARAGUAY (Obra de JULIO JOSÉ CHIAVENATO)

GENOCIDIO AMERICANO . LA GUERRA DEL PARAGUAY.

Por JULIO JOSÉ CHIAVENATO

Traducción: JUSTO PASTOR BENÍTEZ (h).

Tapa: Ilustración del Álbum de la Guerra del Paraguay,

Tomo II – Nº 27 – Año 1984 – Ed. Argentina

Carlos Schauman Editor, Primera Edición en Castellano,

Asunción – Paraguay. Mayo 2008 (224 páginas)

 

 

GENOCIDIO AMERICANO

Por qué hasta hoy el mayor conflicto de la historia latinoamericana permanece intocable? Por qué, aparentemente, hay un acuerdo tácito para que no se investigue la Guerra del Paraguay?

Por que esa fue una guerra de intereses económicos, a favor del Imperio Británico, que tímidamente comenzó a tener su estructura de expansión negada por la República del Paraguay.

El Paraguay, a partir de 1845, modernizóse rápidamente, volviéndose un país autónomo, libre de injerencias internas en su economía y produciendo todo lo que precisaba para su consumo.

Este libro es un reportaje sobre la guerra; relata cómo los paraguayos lucharon con armas que ellos mismos fabricaban y demuestra cómo el Paraguay era en esa época, mucho más desarrollado que sus vecinos.

Relata, también, episodios terribles de esa guerra cruel, como la batalla de Acosta Ñú, en la cual los combatientes paraguayos, que tenían de 6 a 14 años, fueron diezmados, habiendo sido quemados los sobrevivientes, inclusive los heridos.


ÍNDICE

Prefacio,

I.- EL SUPREMO, LA DICTADURA A FAVOR DEL PUEBLO : 1. Una nación sin caudillos,/ 2. El Supremo,/ 3. El pueblo y el ojo de Francia,/ 4. El aislamiento no fue elegido,/ 5. Está naciendo una ración libre,/ 6. El pueblo paraguayo,/ 7. Del absolutismo a Rousseau y Voltaire, 8.Dónde está la salida;

II. EL PAÍS MÁS PROGRESISTA DE AMÉRICA DEL SUR : 9. Carlos Antonio López asume el gobierno,/ 10. La infiltración inglesa, 11. Primero, resistido por el progreso,/ 12. Dónde está la clase dirigente,/ 13. Cuando era preciso interpretar el futuro,/ 14. Diplomacia: un aprendizaje inofensivo;

III. A LOS 36 AÑOS FRANCISCO SOLANO LÓPEZ ASUME EL GOBIERNO : 15. Se improvisa un general de dieciocho años,/ 16. En Europa. Al volver, un aviso a Andrés Lamas,/ 17. Una extraña visita: los "marines"./ 18. Pacificando para mantener el equilibrio,/ 19. Piratería inglesa a la luz del día en el Plata,/ 20. Cuando todo se aprende en la práctica;

IV.  IMPERIO DEL BRASIL Y ARGENTINA DOS GIGANTES ANÉMICOS : 21. La gran crisis de los gigantes anémicos,/ 22. La crisis argentina produce el "vago",/ 23. La libertad que no permite la concurrencia, 75

V. INTRIGA, CALUMNIA: VENENOS QUE TIÑEN EL PLATA : 24.Mentiras y calumnias sobre el Paraguay,   / 25. Diplomáticos codician la República Guaraní,/ 26. Los secretos y fuertes poderes de la masonería;

VI. EL IMPERIALISMO INGLÉS NO QUIERE CAMBIOS EN EL MUNDO : 27. El león británico quiere el mundo a sus pies,/ 28. La opresión en su etapa superior: el imperialismo,/ 29. Brasil: nada se hace sin los empréstitos ingleses;

VII. EL URUGUAY, MAUÁ Y LAS CONTRADICCIONES DEL IMPERIO : 30. Uruguay: un feudo de los riograndenses,/ 31. Mauá: el mayor capitalista "uruguayo",/ 32. Los caudillos riograndenses contra el Barón de Mauá;

VIII. MISIÓN SARAIVA: LA DIPLOMACIA VIGÍLALA POR MR. THORNTON : 33. Misión Saraiva: la diplomacia sin salida,/ 34. La diplomacia hecha por la escuadra,/ 35. El caudillo y los ladrones de ganado;

IX. EL TRATADO DE LA TRIPLE ALIANZA, UNA VERGONZOSA FARSA : 36. Un tratado o un "cuerpo del delito"?;

X. LOS EJÉRCITOS EN LUCHA: UN PUEBLO EN ARMAS CONTRA ESCLAVOS Y MERCENARIOS :  37. Haciendo la guerra por motivos equívocos,/ 38. El paraguayo, el americano más bien nutrido,/ 39. En la tropa, hasta los ricos, descalzos por la tierra,/ 40. Las terribles picaduras del humor: El Cabichuí/ 41. El ejército del Imperio es una suma de contradicciones,  / 42. Argentina: mercenarios y voluntarios esclavizados,/ 43. Urquiza: vendiendo caballos y hasta su alma,/ 44. Un ejército que queda en la retaguardia,/ 45. "Difícil sin la escuadra, imposible con ella",/ 46. Las contradicciones de los aliados van a la guerra;

XI. EL IMPERIO SE AHONDA EN SUS CONTRADICCIONES : 47. Cuando los pobres van a la guerra no falta oro,/ 48. "El pueblo paraguayo merece el completo exterminio que lo aguarda",/ 49. La naturaleza de la crueldad en la guerra;

XII. CRÍMENES DE GUERRA: EL SADISMO DEL CONDE D'EU : 50. Los crímenes de guerra cometidos por los aliados,/ 51. Obligando a paraguayos a matar paraguayos,/ 52. Mitre y Caxias: contaminando agua con cadáveres coléricos,/ 53. Prisioneros paraguayos vendidos como esclavos,/ 54. Un sádico entra en escena: El Conde D'Eu;

XIII. LAS INTRIGAS Y SOBORNOS DE CHARLES WASHBURN : 55. Una víbora instilando veneno en el Plata,/ 56.Negociante astuto y conspirador traicionero;

XIV. EL GENOCIDIO ESTÁ HECHO: 75,75% DEL PUEBLO PARAGUAYO ESTÁN MUERTOS : 57. 99,50% de los hombres adultos fueron muertos en el Paraguay;

XV. ACOSTA ÑÚ: SÍMBOLO DE UNA GUERRA: NIÑOS DE SEIS AÑOS LUCHANDO Y MURIENDO : 58. Matando "hasta el feto del vientre de la mujer",/ 59. Batallones de niños paraguayos: la última resistencia,/ 60. El día de la más heroica batalla americana: 20 mil soldados contra 3.500 niños paraguayos;

XVI. MUERO CON MI PATRIA! LA MUERTE DEL PARAGUAY : 61. Madame Lynch sepulta al héroe del Paraguay, 181

XVII. LA DESTRUCCIÓN Y EL REPARTO DEL PARAGUAY : 62. La destrucción final de un país libre;

Apéndice l, Tratado de la Triple Alianza;

Apéndice 2, Caxias: el más duro crítico de la Guerra del Paraguay;

Bibliografía básica, 230


 

PREFACIO (CONTRA LA MENTIRA Y EL SILENCIO)

Durante más de cien años se soportó una oleada de mentiras sobre la Guerra del Paraguay. Junto a esa oleada de mentiras un silencio criminal, procurando ocultar de todas las formas posibles lo que fue aquella guerra, lo que representó para los pueblos implicados, y principalmente, como, por su causa, el Brasil y la Argentina (llevando a Uruguay de contrapeso) quedaron definitivamente colonizados por el capital inglés. A pesar de su transcendental importancia histórica -ella fue una de las causas fundamentales de la caída del Imperio- a pesar de que la Guerra del Paraguay fue el marco más importante de nuestra historia y que más repercusiones tuvo para el pueblo brasileño, fue silenciado. O se miente. O, en un comportamiento críticamente ingenuo, pero que ha conseguido sus resultados, se ensució la historia y la verdad, alimentando la fantasía nacionalista con episodios heroicos y militaristas. En fin, además de forjarse una historia de la Guerra del Paraguay, con distorsiones y mentiras, o dando mayor importancia a hechos aislados, se usa el conflicto mayor en el que el Brasil se vio envuelto, como pretexto para sustentar un nacionalismo xenófobo, preconceptuoso y que tiene alimentados extraños comportamientos, todavía hoy.

Por qué, a pesar de la importancia fundamental para la historia brasileña de esa guerra, fue y es posible encubrir la verdad?

Esta es una pregunta para ser largamente contestada. Existen muchas causas y la principal barrera para impedir las respuestas que nos lleven a la verdad es justamente la manipulación de la onda de patriotismo que los historiadores oficiales crearon describiendo fenómenos dispersos de esa guerra, para denunciar toda posición crítica, como antipatriótica. Quien- quiera abordar la Guerra del Paraguay con una visión crítica sin vicios seudonacionalistas, correrá el riesgo de ser "excomulgado" por los remanentes del xenobismo que el Imperio nos legó y que, todavía hoy, detentan el poder de hecho, para reprimir o denunciar como antipatriótica toda la verdad que no les agrade o no les sirva, aunque esa carga de verdad sea irrespondible, indesmentible y fuertemente documentada, como es lo que se propone hacer este libro.

Como se sabe, la historia brasileña hasta el primer cuarto de este siglo, fue escrita por historiadores formados en el Imperio. Fueron ellos mismos que después de la proclamación de la República, abordaron nuestros principales hechos históricos. La propia historia de la República, nuestros orígenes, fue escrita por historiadores del Imperio. Y ellos sedimentaron conceptos y opiniones básicos de nuestra historiografía. No sería de esperar de esos hombres, monarquistas y la mayoría de ellos beneficiados con favores especiales del moribundo Imperio, una visión crítica de los hechos. Agréguese a eso un indicio fundamental para el conocimiento de la Guerra del Paraguay: la mayoría de sus documentos, si no todos los documentos más importantes, está prohibido para el investigador que pretende ir más allá de fenómenos circunstanciales. De eso resultó que los primeros libros escritos sobre la Guerra del Paraguay en el Brasil (y fueron ilimitados, muchos citados en este libro), pasaron a ser fuente documental de nuestra historia. O sea, son los propios libros que desfiguraron y contaron una historia acomodada y xenófoba, que orientaron y hasta ahora orientan -como documentos- a los que investigan datos sobre la Guerra del Paraguay. Los documentos originales capturados o robados por las fuerzas del Imperio, son negados para el conocimiento del investigador imparcial.

Se substituye entonces, una historia crítica, profunda, por una crónica de detalles donde el patriotismo y la bravura de nuestros soldados encubren la villanía de los motivos que llevaron a Inglaterra a armar brasileños y argentinos para la destrucción de la más gloriosa República que se vio en América Latina. Una República, la del Paraguay, que si no fuese destruida, asesinada junto con su pueblo, modificaría por completo la propia historia de los americanos que tenían, mucho probablemente, todos los elementos para que se liberaran del yugo de tiranos mistificadores de civilizadores, como Mitre, de caudillos como Venancio Flores,  o de meros juguetes en las manos del capital internacional, como Pedro II.

Porque el acceso a los documentos sobre los hechos que nos llevaron a la Guerra del Paraguay y a la propia documentación durante la guerra nos revelan el grado de esa villanía, ellos son escamoteados al pueblo. No se puede dar a conocimiento del pueblo, en la visión estrecha y xenófoba de los herederos de los destructores de la emergente República del Paraguay, los motivos de porqué se hizo la guerra. Eso sería revelar los métodos que usó Inglaterra, en último análisis, para imponer al Brasil la dominación del capital extranjero: que perdura hasta hoy, cambiando apenas la dirección de los bancos...

II

La Guerra del Paraguay, fue causada en su esencia por motivos económicos. Naturalmente estaban las cuestiones de límites entre los países, las reivindicaciones territoriales de la Confederación Argentina y del Imperio del Brasil, para mutilar a la joven República del Paraguay. Esas cuestiones, no obstante, por su falta de razón para causar una guerra, como meros pretextos para crear condiciones de una invasión del Paraguay, son secundarias. Más allá de la cuestión de límites más aceptable desde el punto de vista histórico, si bien se demuestra su falsedad fácilmente, había cuestiones políticas, estas oriundas aún de causas primordiales, a las económicas. Después estaban las que podrían llamarse vulgarmente de "razones ideológicas", que servirán para la propaganda de la guerra, acusando al gobierno de López, de ser una tiranía, una barbarie que se debe exterminar para "liberar" al pueblo paraguayo.

Cómo reaccionan los tradicionales historiadores brasileños ante estos hechos?

Reaccionan exactamente como justificadores de la política del Imperio: fabrican hechos, suman mentiras para justificar la guerra. Se pierden intencionalmente en un enmarañado de detalles, para cubrir los indicios económicos fundamentales. En los libros brasileños, y hablamos de los "clásicos" de esa guerra, los generalmente aceptados como los más precisos, es raro encontrarse con una leve alusión a las causas económicas o una participación del capital inglés.

Toda relación es presentada en una forma no crítica. La mayoría absoluta de los libros son una descripción particularizada de eventos o batallas y -como el libro de Joaquim Nabuco- una interpretación formal de la diplomacia que actuó en el Plata. Había, además, que tener el cuidado de no condenar esa cosecha de historiadores de libros alienados que testimonian la guerra en sí, escritos por hombres que participaron militarmente de la campaña. Como Taunay, para citar uno de los clásicos más populares. O como el Coronel José Bernardino Bormann, recordando un autor serio y generalmente desconocido del público, hombres como el valiente General Cunha Mattos, que brillantemente comentó el libro de Max von Versen. Fuera de los autores que dan un testimonio personal porque participaron de los acontecimientos militares, cuyos libros son relativamente verdaderos e importantes para que se conocieran las condiciones en que se hizo la campaña del Paraguay, pocos son los que se salvan. Sobran los sabuesos del Imperio que desvergonzadamente usan del patriotismo de esos actores de la guerra para encubrir una realidad que es indigna para la política imperial. En fin, todo libro que se propone relatar la Guerra del Paraguay dentro de un parámetro más claramente económico, lo que significa poner al desnudo la Triple Alianza como testaferro del Capital inglés, es condenado por "crimen a la nacionalidad". O que tienen menosprecio a los estudios que podrían dar una visión exacta sobre la Guerra del Paraguay, su importancia y sus consecuencias.

III

Se crearon los mitos.

En la imposibilidad de que los primeros historiadores de esa guerra trabajasen con hechos, manipularon hombres. Los héroes, falsos y verdaderos, abundan en la historiografía brasileña de esa guerra. Los hechos, especialmente los económicos, cómodamente, fueron olvidados.

Hoy, cuando iniciamos el análisis de los hechos, es obligatorio destruir o, por lo menos, poner en juicio, algunos de esos mitos nacionales. Ese planteamiento irrita a los "dueños de la verdad" que monopolizaron los conceptos sobre la guerra.

Por ejemplo, Caxias -que a pesar de ser el Pacificador y soldado símbolo del Brasil, es hombre, humano, por tanto, pasible de error, no puede según esos historiadores, ser analizado críticamente.

Cómo escribir sobre la Guerra del Paraguay, sin un planteamiento crítico, no apologético de Caxias? A cualquier individuo de buen sentido le parecería imposible. Pero ese preconcepto ha sido alimentado y aceptado por mucha gente. Como HOMERO DE CASTRO JOBIM, traductor de THE WAR IN PARAGUAY, de GEORGE THOMPSON, que afirma:

"Para juzgar a Caxias y Tamandaré no es idónea la narración de George Thompson, superficial e impreciso en este caso, además de parcial. Como soldados, ciudadanos y son servidores del pueblo, Caxias y Tamandaré, ya fueron juzgados por sus compatriotas".

Igualmente, aceptando errores de juzgamientos de Thompson -que participó de la guerra de lado paraguayo, además, en forma incompetente, como veremos- la narración de Jobim es característica en el Brasil: no se puede tener una visión crítica de nuestros héroes. (Además es interesante notar que Jobim dice que Thompson no tiene derecho de juzgar a Caxias o Tamandaré, pero sí tiene todo el derecho de dar testimonio sobre Solano López: "Pero el testimonio de Thompson sobre López y el Ejército paraguayo, esto sí, es una narración válida porque es el fruto de la vivencia del autor en la intimidad del alto comando durante los años de la guerra".

En conclusión, para la historiografía oficial, la historia de la Guerra del Paraguay ya está escrita. Está lista y acabada. Cualquier versión que contrarié sus preconceptos está tácitamente prohibida. Para comprobar esa posición reaccionaria y antihistórica, se prohíbe el acceso a los documentos que el Brasil posee sobre la guerra: prácticamente toda la documentación de Francisco Solano López y del gobierno paraguayo de ese período fue capturada por los brasileños en Cerro Corá o en el saqueo de Asunción.

En la imposibilidad de una relación crítica, los historiadores oficiales aceptan la táctica impuesta desde el Imperio -con algunas claras discordancias durante la República, como obras de Teixeira Mendes, injustamente olvidadas- y hacen de su alineación un ejercicio de caza de pulgas de los detalles históricos. La mayoría de los libros desmenuzan batallas (Cuántos soldados implicados? Cuántos cañones? Quiénes son los comandantes? Cuántos muertos? A qué hora empezó?) y se escriben crónicas románticas y se forjan héroes.

Y ni hablamos aquí de obras llamadas didácticas; citamos genéricamente los llamados "libros serios". En la escuela, los brasileños son agredidos por una versión mistificadora que da la impresión que la historia está hecha para hacer cumplir un calendario ("Qué día fue la batalla de ...?) o por la cualidad militar de una nación.

CONCLUYENDO: este libro no es un "libro de historia". El autor no es un historiador. Esta es una relación crítica de la Guerra del Paraguay, teniendo en vista su causa fundamental los intereses del capital inglés- pero sin descuidar su lado político y militar. Político, en aquello que representó para el Brasil y los beligerantes y, principalmente, para la América Latina en su totalidad. Y militar, por las características especiales que los ejércitos emplearon, especialmente el paraguayo, que tuvo que crear técnicas propias de lucha, además de fabricar totalmente sus armas. Se hace un rápido análisis de la historia del Paraguay, pero que pretende abarcar desde los tiempos de El Supremo, el dictador Francia, pasando por Carlos Antonio López (padre de Solano), que puede ser considerado el creador del Paraguay moderno, terminando con Francisco Solano López -el más injustificado de los grandes héroes latinoamericanos- y la tragedia de la guerra que asesinó a la heroica y floreciente República del Paraguay.

Si los hechos son narrados con imparcialidad, a través de un paciente análisis, el autor llegó a una síntesis precisa, personal: es un libro favorable al Paraguay de Francisco Solano López, con las reservas históricas necesarias.

No es un libro contra el Brasil lo mismo admitiéndose que el Brasil aquí tratado es el Brasil imperial- porque el autor cree que salimos de esa guerra -como Argentina, el Uruguay y, especialmente, el Paraguay- destruidos, como víctimas de la opresión que las grandes, potencias ejercen sobre los débiles.

En fin, es un libro para ser leído como si él fuese un reportaje, escrito con pasión, con un cierto "pathos" hegeliano.



 

CAPITULO I

EL SUPREMO, LA DICTADURA A FAVOR DEL PUEBLO


El ejército de la Patria será todo el pueblo en ropa  dignidad de

ser el pueblo en armas. Sus efectivos, los campesinos libres... "

(en Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos)


1. UNA NACIÓN SIN CAUDILLOS

A partir del 14 de Mayo de 1.811, cuando el Paraguay se liberó de España, la característica común de los pueblos de América fue: el caudillismo. A partir de la Independencia, el Paraguay es la única república de la América Latina que no sufre la presencia de los caudillos ni es perturbada por revoluciones y golpes. Es un país cohesionado, con una autoridad centralizada y que puede darse el verdadero lujo, en e1 primer cuarto del siglo XIX, de gozar de una auténtica paz política.

Francia, El Supremo, asume el poder y ejerce una dictadura peculiar: usa el absolutismo como método de gobierno en beneficio del pueblo. Ataca los derechos de los españoles y españolistas, persigue a los ricos, confisca propiedades y vuelve insoportable la vida de los oligarcas que eran privilegiados por España. Cuando muere en 1840, asume el poder Carlos Antonio López, un abogado que para escapar a posibles persecuciones de El Supremo vivía retirado en el interior del país. El crea, prácticamente, sobre la estructura socio-económica dejada por Francia, el Paraguay moderno. En su tiempo hubo un gran progreso, surgen fábricas, los astilleros fabrican muchos navíos, trae ingenieros y técnicos de Europa para modernizar el Paraguay y envía para el exterior (sobre todo, Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos), jóvenes paraguayos para que se especialicen, Al morir, en 1862, asume el poder su hijo, Francisco Solano López, que se dispone a continuar la obra iniciada por Francia, y perfeccionada por Carlos Antonio López, y que tendría sus principales frutos en el nuevo gobierno. Pero, la Guerra de la Triple Alianza, incubada hacía muchos años, obliga al Paraguay a una lucha desproporcionada que lo destruiría completamente.

2. EL SUPREMO

José Gaspar Rodríguez de Francia es un hombre exótico. Implacable en la persecución de sus enemigos, él prácticamente creó el Paraguay. Ejerció una dictadura rigurosa, pero su absolutismo no ha sido debidamente analizado: si no fuese por su increíble capacidad de represión de los enemigos políticos, es cierto que el Paraguay habría alcanzado la estructura que le dio su Dictador Perpetuo, título que él mismo exigió del Congreso.

Se presta más atención a las extravagancias de Francia que a sus medidas prácticas y notables que dieron una estructura peculiar al Paraguay. Su primer acto al asumir fue acabar con la influencia del poder económico que podría entorpecer a su gobierno. Aún cuando es difícil acabar con esa influencia del poder económico, Francia no deja la menor posibilidad: extermina literalmente, al propio poder económico. Decreta, se podría decir, la pobreza como norma de vida de los paraguayos. Queda prohibida, por la práctica que El Supremo determina a la nación, la riqueza. Los españoles y españolistas, herederos de los privilegios de la corona, son perseguidos hasta el exterminio. En las cárceles no existen pobres: sólo los ricos, la llamada "clase privilegiada", que podrían enfrentarse contra Francia, son los que están presos. Como naturalmente esa clase privilegiada tiene ramificaciones en la cuenca del Plata, la fama de Francia es terrible: él es tenido como un bárbaro asesino, contrario a toda norma de civilización.

Pero, la verdad, no es exactamente eso lo que ocurre. El Supremo no ataca a los ricos sólo para garantizar la seguridad de su gobierno, que será "perpetuo". Su ira contra los ricos se explica por la interpretación de que no es posible establecer la soberanía de una nación con la presencia de la oligarquía dejada por la corona española. El quiere exterminar -y lo consigue- cualquier privilegio especial en el Paraguay. El único privilegio posible es el suyo: el gobierno austero y simple, casi patriarcal, a favor del pueblo.

3. EL PUEBLO Y EL OJO DE FRANCIA

El pueblo, al principio, reacciona tímidamente ante el gobierno de El Supremo. El terror de las prisiones y el confiscamiento de los bienes asustan y hacen callar cualquier discrepancia. Con el tiempo, los paraguayos perciben perfectamente que el absolutismo de Francia es dirigido específicamente contra los ricos. Comprenden claramente que los pobres nada tienen que temer del iracundo dictador. Ellos le apoyan.

Los paraguayos acostumbrados, en su mayoría, con el rigor de los jesuitas, abominaban los lujos y desmanes que los españoles y españolistas ostentaban, principalmente en Asunción. El Supremo termina con ese reinado de pompa en un país pobre. Vive austeramente, es reservado y sencillo. Gana la confianza popular.

La aún remanente élite económica de Asunción, cuando puede -por carta a sus iguales del Plata, principalmente Buenos Aires- se queja: dice que Francia recibe con los brazos abiertos en su casa a cualquier hombre del pueblo pero le niega un simple gesto a los ricos. Es dentro de ese ambiente de una dictadura popular muy especial -donde naturalmente no faltó el terror a los enemigos políticos- que El Supremo consiguió fortaleza para imponer las grandes reformas políticas y sociales al Paraguay. Francia crea un sistema de información que abarca todo. Nadie realiza nada en el Paraguay que él no esté al tanto. Es imposible conspirar contra su gobierno. Si ese terrorismo político le fue muy importante al comienzo de su administración, con el correr del tiempo hasta se tornó estéril: ya no había a quién o el qué vigilar. El Paraguay prácticamente era uno sólo: cohesionado y obediente en presencia de la jefatura de El Supremo. Aquellos que, por cualquier motivo podrían inspirar represalias de Francia, se retiraban cautelosamente para el interior del país. Fue el caso inclusive de Carlos Antonio López, su sucesor.

4. EL AISLAMIENTO NO FUE ELEGIDO

La principal medida del gobierno de Francia -en la interpretación de sus críticos- Fue el aislamiento impuesto al país. El cierra las fronteras y elimina todo el comercio y relaciones con el exterior. Este hecho sería la causa, para muchos historiadores, de una estructura extremadamente inmovilista en el Paraguay. El país se tornaría hostil posteriormente, a toda manifestación de civilización.

Además de no ser esa, rigurosamente la verdad, debe acentuarse, que Francia fue forzado a aislar al país. No fue su deseo basar en el aislamiento una política autoescogida. El aislamiento del Paraguay le fue impuesto y Francia supo encontrar una política económica que enfrentó con éxito.

El Paraguay es un país mediterráneo que no tiene salida propia hacia el mar. Para exportar  su producción -el tabaco era el principal producto en tiempo de Francia- él necesitaba de la libre navegación de los ríos, entre los cuales, el Plata. Pensando en eso, el gobierno (entonces un Congreso Revolucionario) realizó un acuerdo con Buenos Aires en 1811, para facilitar la salida de sus productos. Buenos Aires, sin embargo, no lo cumplió: además de no permitir la navegación de los barcos paraguayos, también crea un impuesto adicional sobre sus productos, especialmente sobre el tabaco.

También en 1815 y 1817 continúan las presiones de las provincias más al norte de Buenos Aires. El ganado paraguayo ya no puede pasar por las provincias vecinas. Esas presiones contra el Paraguay, obligan a Francia a tomar contacto directo con Inglaterra, buscando en ella su apoyo como una forma de conseguir la exportación de sus productos. El intenta obtener la navegación, para sus barcos en 1814, y, principalmente, en 1823, junto al representante inglés en Buenos Aires, Woodbine Parish. Pero Buenos Aires es implacable en el bloqueo. Las presiones de Buenos Aires obedecen a motivos evidentes: se pretende someter la propia soberanía del Paraguay- no se perdona a Francia acabar con la clase privilegiada que servía de infiltración para el dominio de Buenos Aires al Paraguay. Y no se trata de simples represalias, pero sí de la tentativa de recuperar y ampliar el gran mercado paraguayo; tanto para vender sus productos -y los exportados por Inglaterra- como para usufructuar su exportación.

Conviene recordar que en ese tiempo la Argentina no era un país unificado. Existían varias provincias que tenían libertad de acción. La mayoría de ellas seguían el procedimiento de Buenos Aires contra e: Paraguay de Francia. De tal forma se apretó el cerco al Paraguay, que no había salida posible para Francia, si no ceder, a los intereses de Buenos Aires. Y qué es Buenos Aires?

En esa época Buenos Aires era la sede de los intereses comerciales ingleses, comenzando un largo reinado en el Plata. Luchar contra Buenos Aires y las demás provincias, es también, enfrentar las normas admitidas por Inglaterra para el comercio internacional en esa área. Y quién controla, a partir de Buenos Aires, el comercio internacional del Plata? Ciertamente una incipiente burguesía cuyas ramificaciones van hasta la misma Asunción, el corazón del gobierno de Francia. Eso significa que en la lucha contra Buenos Aires, Francia ni siquiera tendrá el apoyo de la burguesía rica de su país: ella está minada por los intereses económicos que la ligan a los argentinos en forma directa y, en forma indirecta, al capital inglés.

Para organizar y hacer progresar su país, Francia necesita de dinero. No le es posible obtenerlo sin someterse a la explotación exportando los productos paraguayos. Dinero y medios, entonces, él va a obtener sacando de los ricos de su país. Es esto lo que explica y determina las persecuciones de Francia: su dictadura ejerce un poder cruel y terrible justamente para defenderse de la explotación dirigida por Buenos Aires y apoyada por la propia burguesía de Asunción. Para conseguir riqueza y dinero, Francia es implacable, elimina a los representantes del poder económico paraguayo. Crea un estado policial, una dictadura perpetua peculiarísima, para sustentar un gobierno popular.

Pero sólo no se gobierna un país. Francia se alía entonces con los que están desvinculados de los intereses de Buenos Aires, para su suerte, exactamente aquellos que pasan a detentar los medios de producción: el pueblo. Y se realiza el aislamiento del Paraguay. Las fronteras están cerradas: nada entra o sale.

5. ESTA NACIENDO UNA NACIÓN LIBRE

Aislado el Paraguay, Francia está delante de dos problemas: no se elimina la hostilidad de Buenos Aires y es preciso crear una nueva estructura económica para que el país sobreviva. La superación de esos dos problemas es que podrá, inclusive, dar estabilidad al régimen político de Francia. Al mismo tiempo que Francia va estructurando una nueva forma de gobierno, crea nuevas relaciones económicas y paralelamente comienza la presión contra lo que además representa una herencia del Paraguay colonial. Él multa desmesuradamente a los españoles y españolistas ya en 1823 y promueve la primera gran reforma agraria de la América del Sur. Al contrario del aislamiento del Paraguay, que fue una circunstancia impuesta y no un deseo de Francia, el principal acto de su gobierno está justamente en esa nueva política económica. Y, especialmente, una nueva estructura en el campo, permitiendo el acceso a la tierra por los humildes campesinos. A través de confiscaciones o de compras a bajo precio, el gobierno adquiere y distribuye tierra a los campesinos paraguayos -arrendándoles a costo irrisorio- además de suministrarles, inclusive, implementos agrícolas, ganado y semillas. Esta fue la gran revolución de Francia -creó una estructura agraria que la América del Sur, aún no conocía. Además de eso, estipuló normas para el comercio, de tal forma que la nación no se empobreciera por la clausura de sus fronteras y consecuente falta de transacciones con el exterior.

Francia creó las "ESTANCIAS DE LA PATRIA", donde los trabajadores del campo producían con la ayuda del Estado y podían disponer de la parte de su producción como hombres libres.

Todos trabajan en comunidad -una experiencia que los paraguayos ya tuvieron con los jesuitas- y de las estancias salían principalmente carne para el Ejército y cuero para su exportación; que además se hacía penosamente.

Mientras que aún había medios para exportar -porque la clausura de las fronteras se hizo en forma gradual y no una determinación precisa de Francia como se piensa- todo el comercio exterior fue hecho a través del Estado. En conclusión, Francia descarta la burguesía mercantilista de los lucros que la exportación puede dar y es el Estado quien lucra.

Naturalmente, ese cuadro no despierta entusiasmo en los vecinos del Plata, lo mismo en el Brasil. Francia está organizando una nación libre y demostrando que es posible sobrevivir sin la sumisión a los intereses extranjeros y sin sustentar una oligarquía parásita. El Paraguay pasa a ser, ya a partir de ese momento, un ejemplo pésimo para América; veremos más adelante como esa estructura de nación puede incomodar al "laissez-faire" que los cañones ingleses imponían al mundo.

Por otro lado, El Supremo demuestra que no existe independencia política sin independencia económica. Eso ya era muy conocido en aquel tiempo: pero justamente por la evidencia y el ejemplo paraguayo, es más incómodo. Tanto para sus vecinos dominados como para los dominadores, El Supremo estaba construyendo un país. Debajo de su absolutismo crecía rápidamente el Paraguay. Sus actitudes eran siempre duras y no tenían términos medios: mientras que en los países del hemisferio Sur perdían el tiempo en debates estériles sobre la libertad, liberalismo, etc., El Supremo entendía que esas imitaciones libertarias eran apenas un escapismo formal que no conducía a nada positivo. Y, dentro de su rudeza política, no se detenía ante actos bruscos. Por ejemplo, contra la Iglesia, que siempre tuvo su parte importante en el banquete de las naciones americanas.

Francia suprimió tranquilamente las órdenes religiosas y transformó sus conventos en cuarteles. Ya en julio de 1815 -cuatro años después de tomar el poder- Francia hizo romper a la Iglesia Católica con Roma: la Iglesia en el Paraguay ahora es nacional. Es más; Francia el 20 de Septiembre de 1824 confisca todos los bienes de la Iglesia y los transfiere al Estado; prohíbe terminantemente la construcción de nuevos templos. El esfuerzo paraguayo sólo será utilizado en bienes de producción; determina la libertad de creencia en el país y extingue para siempre los tribunales de la Inquisición. No satisfecho, y para hacer constar que la Iglesia tiene que ser nacional, manda esculpir en el frontispicio de todos los templos el emblema de la República del Paraguay.

POR QUÉ ÉL HIZO ESO?

La explicación dada por sus enemigos en el exterior, era naturalmente la de su "barbarie". Evidentemente, no se trató de eso: Francia, coherente con sus convicciones, eliminaba el poder económico y político de la Iglesia en el Paraguay. Nivelaba a los sacerdotes católicos con el pueblo. El Supremo, utilizando el poder de su “dictadura perpetua", convertía a todos, en iguales dentro del Paraguay.

De esa forma, el Paraguay progresa. Francia no descuida y observa todo: desde la diversificación de las cosechas en los campos hasta los más simples problemas burocráticos. Además, el Paraguay con Francia, está libre de burocracia que mina otros estados sudamericanos. Naturalmente, porque él acabó con una oligarquía parásita que se ramificaba especialmente en Buenos Aires y algunas otras provincias, la fama de bárbaro y terrorista, aumenta cada día.

La verdad, Francia tenía una visión cultural más amplia que los gobernantes del Plata y del Imperio del Brasil: en su tiempo, la enseñanza adquiere una fuerza extraordinaria. Al final de su gobierno ya no había analfabetos en el país. Este es un hecho testimoniado por varios europeos. Más que el precio de haber gobernado con poderes absolutos, ni siquiera con el simulacro de un poder legislativo, El Supremo paga el precio de haber organizado un país libre, cuando le acusan de bárbaro y otros juicios del género.

Cuando él muere -sólo- dicen que no tenía un pariente vivo, deja un país floreciente, con una conciencia nacional formada por el pueblo y que Carlos Antonio López va a perfeccionar. A pesar de su importancia, aún hoy son raros los juzgamientos más sobrios y justos sobre Gaspar Rodríguez de Francia. A su fanatismo por el gobierno y su violencia por llegar a los fines propuestos, desfiguraron no sólo los juicios sobre él, como ayudaron también, a crear una imagen contra el Paraguay de los López que fue largamente usada por sus enemigos como propaganda de guerra.

La crítica más importante que se puede hacer, históricamente, al dictador Francia, es haber exterminado a la oligarquía económica de su país sin conseguir, paralelamente, crear una clase dirigente. Eso, a largo plazo, fue fatal para el Paraguay. La ausencia de una clase dirigente vinculada a los intereses nacionales fue sentida fatalmente por Carlos Antonio López y después por su hijo, Solano López, en los conflictos con la Triple Alianza.

6. EL PUEBLO PARAGUAYO

La soberanía del Paraguay es una idea fija de Francia. Como él ejerció despóticamente el poder para garantizar esa soberanía y porque perjudicaba a los intereses internacionales en la emergente república, todo su gobierno pasó a ser analizado por sus vecinos desde el punto de vista de un liberalismo idealista., que por vestigio sólo existía idealmente...

Pero ese absolutismo total -Francia disponía simplemente de la vida y de los bienes de cualquier paraguayo- tuvo resultados prácticos que desmienten el estrechismo político que pretenden imputar a El Supremo. El crea un pueblo con una naciente conciencia histórica. Cuando disloca del poder político y económico a los herederos del colonialismo español y distribuye las tierras en poder del Estado, lanza las raíces de una conciencia nacional que se dispone posteriormente a morir en defensa de su sociedad. Y qué clase de pueblo es este?

Es un pueblo que se dedica única y exclusivamente al trabajo. Que acepta las normas de El Supremo y llena los depósitos del Estado de aquello que produce. Dedicado exclusivamente al trabajo, vigilado personalmente por El Supremo con leyes rigurosas, encuentra una desconocida forma de libertad. La libertad de no ser perseguido por oligarquías improductivas. La libertad de no precisar más inclinarse a los preconceptos de los jesuitas. Y gana algunos condicionamientos que comienzan a plasmar un nuevo sentimiento popular. Las penas rigurosas para asesinos y ladrones (la muerte, pura y simple sin juzgamientos artificiales como se conocían en la época, con leyes para absolver a los ricos y condenar a los pobres) eliminan el crimen del país.

Aimé Bonpland, por ejemplo, un sabio francés que fue a realizar estudios botánicos en el Paraguay y que demoró mucho en salir, retenido por la desconfianza de Francia, detestando al dictador por su prisión injustificada, lo mismo da un testimonio claro sobre el pueblo paraguayo. Después de largos años de estar preso en el Paraguay, al salir finalmente una vez que cruzó la frontera y entró en territorio argentino, fue víctima de un robo de caballos. Y, para el negociador de su libertad, Grandsir, afirmó: "Como se ve, ya no estamos más en el Paraguay". El propio Grandsir, que para llegar al Paraguay y negociar con Francia la libertad de Bonpland tuvo que cruzar varias provincias argentinas, afirma: "El contraste (del Paraguay) es en general sorprendente con todos los países que he cruzado hasta ahora: se viaja en el Paraguay sin armas; las puertas de las casas apenas se cierran, pues todo ladrón es condenado con la pena de muerte e incluso el mismo propietario de la casa o la comunidad en donde el robo es cometido, están obligados a indemnizarlo. No se ven mendigos, todo el mundo trabaja".

7. DEL ABSOLUTISMO A ROUSSEAU Y VOLTAIRE

Francia fue el primer estadista americano en lanzar el lema de "ORDEN Y PROGRESO", y para cumplirlo, creó una práctica política que se resumió en su frase pionera: "INDEPENDENCIA O MUERTE". Con esos dos lemas, alejó al Paraguay de la anarquía que imperaba en los estados vecinos, tanto en las provincias argentinas, luchando fratricidamente, como en los conflictos separatistas en el sur del Brasil, implicando a Río Grande y el Uruguay.

El absolutismo de Francia, sin embargo, dentro de la perspectiva de su tiempo, no es reaccionario. El es en cierto sentido, un positivista que será admirado por Comte y se enlaza con Rousseau y Voltaire. Dentro de su concepción personal, naturalmente menos universal que sus maestros europeos -si es que se puede llamar maestros de Francia- el Paraguay pasa a ser algo peculiarísimo en la América del Sur. Será a partir de Francia, el único país latino a no tener clero y clase económica influyente y, en contrapartida, a sufrir una profunda reforma social que ya fue llamada por algunos -aunque sin mucha propiedad- de "socialismo de estado".

Su prevención contra el anarquismo de los países vecinos es, por tanto, no una reacción de Estado a las luchas sociales de los opresores contra los oprimidos, entre la clase dominante y las masas trabajadoras, que en forma anárquica y meramente intuitiva muchas veces se verificaban en las provincias del Plata y hasta en el mismo Río Grande brasileño, pero sin el establecimiento de una política definida en favor de un Estado que pretende ser popular. Como afirma. Vivían Trias ("El Paraguay de Francia, El Supremo, a la Guerra de la Triple Alianza"), Francia se apoyó "en los campesinos, modestos industriales y comerciantes, peones y artesanos, para aplastar a la oligarquía de grandes propietarios, altos jerarcas y ricos traficantes".

No es posible entender en su total dimensión la Guerra del Paraguay sin comprender la Revolución de Francia. Y, justamente, porque los actos revolucionarios de Francia culminaron con una extinción prácticamente total de la clase dominante paraguaya (entiéndase: oligarquía parásita ligada a los españoles y los intereses en el Plata), sus medidas despóticas son criticadas en forma meramente "ideológica". En conclusión: se denuncia superficialmente a Francia como un tirano sin preocuparse por los hechos concretos que resultaron de su "tiranía". Es más fácil afirmarse, por ejemplo, que Francia era un anticlerical fanático porque dice "Si el Papa viniera al Paraguay yo le haría simplemente mi capellán", que indagar las raíces históricas de esta afirmación, que están, ciertamente, en la lucha contra un elemento de dominación y alienación del pueblo paraguayo: la influencia católico-romana, "domesticando" a los indios guaraníes, al principio a favor de España y, posteriormente, en su propio beneficio, explotando su producción.

8. DONDE ESTA LA SALIDA?

Pero no se libera un pueblo impunemente. En cuanto Francia organiza un Estado soberano, no permitiendo ninguna forma de infiltración extranjera para sustraer su riqueza y da un ejemplo práctico de participación comunitaria en la economía del país, paralelamente comienza a enfrentar el problema capital, resultante de esa política nacionalista y autónoma: la codicia de sus vecinos, impacientes para el botín y descontentos de no participar de la expoliación de los bienes producidos por el pueblo paraguayo, cierra cada día más el círculo del comercio exterior. El Paraguay tiene una superproducción; los depósitos en los campos y en Asunción están llenos. Si hay excedente de producción para el pueblo, corresponde al Estado exportar ese excedente para transformarlo en riquezas que vengan a impulsar el progreso interno, modernizando los propios medios de producción.

Ese contraste, finalmente, va a provocar la guerra impulsada por sus vecinos, instigado por el capital inglés, manipulando políticos brasileños y argentinos, cuando la gran potencia imperialista, Inglaterra, comienza a sufrir sus propias contradicciones internas y perder sus fuentes de materia prima en el exterior, al mismo tiempo que ella, también, necesita exportar sus excedentes industriales.

La no solución de ese problema por Francia (y posteriormente por Carlos Antonio López y por el mariscal Francisco Solano López), es el comienzo de la Guerra del Paraguay. Francia, por tanto, creó un Estado libre y soberano.

Sus consecuencias económicas determinaron a largo plazo los motivos económicos que se ocultaron de "razones políticas" para la destrucción del Paraguay por los títeres de Inglaterra. Para exportar, el Paraguay precisaba dejar gran parte de sus ganancias en el puerto de Buenos Aires, y no había otro medio de escapar a eso a no ser perder la soberanía del país, permitiendo lo que en esa época Inglaterra representaba como forma de suprema civilización: el "libre comercio". Ese concepto colonialista de "civilización" tenía sus beneficiarios en todo el hemisferio sur, menos en el Paraguay, que por no aceptar una "civilización", que significaba vender el país al imperialismo británico, entregar la producción popular a los intereses ajenos a la nación, porque como ya vimos todo salía de las organizaciones comunitarias incentivadas y creadas por Francia, quedó definitivamente aislado.

El gran error de Francia, si es que podemos llamar error esa incapacidad histórica, fue no crear -de la forma como creó ese tipo peculiar  de Estado Popular - una clase dirigente interesada en  la riqueza nacional, capaz de abrir políticamente los ríos del Plata y el Paraná para la libre navegación de sus barcos. Quién va a realizar esa tentativa, parcialmente bien sucedida a mediano plazo e históricamente frustrada al final, es Carlos Antonio López, que asume el gobierno con la muerte de José Gaspar Rodríguez de      Francia, en 1840.


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

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*. GUERRA DO PARAGUAI. George Thompson. Editora Conquista, Rio de Janeiro (1968)

*. HISTÓRIA DA GUERRA DO PARAGUAI. Max von Versen (anotado por el Coronel Cunha Matos). Librería Itatiaia Editora Ltda., Belo Horizonte (1976)

*. HISTÓRIA DA GUERRA DO PARAGUAI. José Bernardino Bormann. Jesuíno Lopes & Cia. - Editores. Curitiba (1897)

*. HISTÓRIA DAS CAMPANHAS DO URUGUAY MATTO GROSSO E PARAGUAY. E. C. Jourdan. Imprenta Nacional, Rio de Janeiro (1893)

*. PREEMINÊNCIA  INGLESA NO BRASIL. Alan K. Manchester. Editora Brasiliense (1973)

*. LA GUERRA DEL PARAGUAY. Joaquim Nabuco. Editorial de Belgrano, Buenos Aires (1977)

*. LA GUERRA DEL PARAGUAI ¡GRAN NEGÓCIO!. Leon Pomer. Ediciones Caldén, Buenos Aires (1968)

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*. CERRO CORÁ. Agustín Peres Pardella. Editorial Plus Ultra, Buenos Aires (1977)

*. EL MARISCAL SOLANO LÓPEZ. Juan E. O'Leary. Casa América Editora, Asunción (1970)

*. UN SUIZO EN LA GUERRA DEL PARAGUAY. Tobler/Lopacher. Editorial del Centenario, Asunción (1969)

*. PROCESO A SARMIENTO. Juan Bautista Alberdi. Ediciones Caldén, Buenos Aires (1967)

*. PROCESO A LA GUERRA DEL PARAGUAY. Carlos Guido Spano/Olegario V. Andrade/Juan Bautista Alberdi/Miguel Navarro Viola/Juan M, Gutiérrez/Francisco Seeber. Ediciones Caldén, Buenos Aires, (1968)

*. PROCESO A LOS FALSIFICADORES DE LA HISTORIA DEL PARAGUAY. Atilio García Mellid. Ediciones Theoria, Buenos Aires (1963)

*. EL PARAGUAY DE FRANCIA EL SUPREMO A LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA. Vivian Trías. Editorial del Noroeste, Buenos Aires (1975)

*. SOLANO LÓPEZ - SOLDADO DE LA GLORIA Y EL INFORTUNIO. Arturo Bray. Ediciones Nizza, Asunción (1958)

*. LA LIQUIDACIÓN DE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA CONTRA EL PARAGUAY. Eduardo Amarilla Fretes. Imprenta Militar, Asunción (1941)

*. HISTÓRIA ECONÔMICA DO BRASIL. Caio Prado junior. Editora Brasiliense, São Paulo (1961)

*. MAUÁ. Alberto de Faria. Companhia Editora Nacional, São Paulo (1933)

*. YO EL SUPREMO. Augusto Roa Bastos. Siglo Veintiuno Argentina Editores, Buenos Aires (1974)

*. GUERRA DEL PARAGUAY, ORÍGENES Y CAUSAS. Ramón J. Carcano. Ediciones Domingos Viau & Cia., Buenos Aires (1939)

*. LOS ORÍGENES DE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA. Pelhan Horton Box. Ediciones Nizza, Buenos Aires (1958)

*. HACE CIEN AÑOS. Compilación de artículos de diarios, publicados en Asunción.

El estudioso de esa guerra encontrará en la Biblioteca Nacional de Asunción, en la sección "Francisco Solano López", algunos libros interesantes, como HISTORIA SECRETA DE LA MISIÓN DEL CIUDADANO NORTEAMERICANO CHARLES A. WASHBURN, de PONER CORNELIO BLISS, editado en 1867 o 1868, entre otros, además de la colección de diarios paraguayos de la época. En el Museo Mitre, en Buenos Aires, el folleto que trae el Despacho Privado del Mariscal de Ejército en la Guerra contra el Gobierno del Paraguay, a S. M. el Emperador del Brasil, D. Pedro II, del Duque de Caxias.


 
 

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El General Mitre en su cuartel, 1866 - Autor: Bate & Cia.


 





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