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JUAN BAUTISTA EGUSQUIZA (+)

  DISCURSO AL ASUMIR PRESIDENCIA, 1894 - Por GENERAL JUAN BAUTISTA EGUSQUIZA


DISCURSO AL ASUMIR PRESIDENCIA, 1894 - Por GENERAL JUAN BAUTISTA EGUSQUIZA

DISCURSO AL ASUMIR PRESIDENCIA, 1894

Por GENERAL JUAN BAUTISTA EGUSQUIZA


 

DISCURSO DEL GENERAL EGUSQUIZA AL RECIBIRSE DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA.

Señores Senadores:

Señores Diputados:

El voto de mis conciudadanos me eleva a la primera magistratura de la República. Mi gratitud por tan honrosa distinción es grande y midiendo mis propósitos por la intensidad de mi reconocimiento me propongo responder de la mejor manera a la confianza que el pueblo ha depositado en mí, para que ese hecho constituya el único orgullo de mi vida.

El juramento que acabo de prestar ante la más alta representación de la soberanía nacional no es para mí una vana fórmula que la Constitución exige. El obedece al íntimo sentimiento de mejorar la suerte de nuestra patria que ha sido combatida por tantos infortunios.

El Paraguay es el pueblo americano que más ha sufrido desde emancipación política y solamente la lucha incesante de sus hijos por el bien puede contrarrestar los terribles efectos de pasadas tiranías; de una guerra que la Historia Contemporánea recuerda con espanto y de las conmociones internas, - causas que han paralizado el desarrollo de nuestras fuerzas naturales.

Me hago exacta cuenta de los altos deberes y de la grave responsabilidad que contraigo con mi patria al asumir el mando, pero me alienta y fortifica el pensamiento de que mi gobierno, para la realización de sus propósitos, contará con el concurso de sus buenos hijos. Unidos todos los esfuerzos, inidentificadas todas las tendencias, la obra de la reconstrucción nacional será problema de fácil solución. Llego al poder sin odios ni rencores y en la firme convicción de que si he merecido el espontáneo voto de mis compatriotas, tampoco me negarán su valioso contingente todos los hombres capaces de buena voluntad.

Para mejorar la suerte del país necesitamos estar unidos por fuertes lazos de concordia, olvidar los colores políticos y entregarnos todos a la labor común bajo la sombra de la misma bandera.

Una de las tendencias de mi administración será fomentar la agricultura que en un país como el Paraguay constituye una fuente inagotable de riqueza... La feracidad del suelo paraguayo, bajo la acción de una administración activa que se fije en ella con especial interés, puede hacer de nuestro país una verdadera potencia agrícola. La colonización es el medio más seguro para alcanzar aquellas ideas y mi gobierno, dada nuestra situación geográfica, como procedimiento más fácil de conseguirla, pensará seriamente en la obtención de una comunicación directa con Europa.

Pero los milagros de la agricultura se anulan si no se facilita la distribución de sus productos mediante vías de comunicación por donde corran libre y fácilmente. El peor enemigo de los pueblos nuevos como el Paraguay, es el desierto, se ha dicho, y la acción del gobernante debe aspirar a suprimirlo.

Uno de mis ardientes deseos es mejorar la instrucción pública, recordando que mediante su difusión, Rivadavia primero y más tarde en más vasta proporción Sarmiento, aseguraron el porvenir de la República Argentina. Mi gobierno, consecuente con lo que en cierta ocasión prometí al pueblo, hará cuanto le sea posible por extender la instrucción superior, creando la facultad de Matemáticas y la de Medicina, como complemento de la enseñanza de Derecho en nuestra Universidad, tendiendo siempre a nacionalizar la educación. Una escuela de Artes y Oficios en donde se forme el elemento obrero, bajo una acertada dirección técnica y el acrecentamiento de las escuelas primarias existentes, completarán el programa de mi administración en lo referente a la instrucción pública.

En el orden militar me propongo introducir algunas innovaciones en el sentido de favorecer la condición del soldado paraguayo, cuyo valor se ha hecho proverbial. Favorecerá mi plan la circunstancia de que el año próximo alguno de nuestros jóvenes que están adquiriendo conocimientos militares en el extranjero, vendrán a prestar servicio a su patria. Instruir a nuestros soldados, reputados entre los primeros, en la táctica y a estrategias modernas, es asegurar la integridad del país, garantir el orden interno y satisfacer el orgullo nacional.

Otro de mis pensamientos es estrechar las relaciones que nos ligan al mundo civilizado. Celebraré tratados que favorezcan nuestras comunicaciones internacionales y nos faciliten mercados, juzgo ser una aspiración patriótica. Se hace sentir la necesidad de crear, aún haciendo sacrificios, algunas legaciones en Europa en donde apenas es conocido el Paraguay porque allí su existencia comercial es nula. Haré lo posible porque nuestro crédito se levante y se extienda como medio más seguro de traer capitales y brazos. A la diplomacia quedarán encomendadas importantes cuestiones que aseguren la fraternal amistad que liga al Paraguay con los demás pueblos, nuestro nombre como nación en el extranjero y nuestra entidad como agente productor.

Teniendo en cuenta que el progreso solo existe de nombre sin el reinado del Derecho, mi administración procurará organizar convenientemente los tribunales encargados de hacer justicia. El grado de adelanto de los pueblos se mide por la manera de repararse lo derechos lesionados.

Mi gobierno sostendrá los bellos principios que encarna nuestra Constitución y los hará efectivos en el terreno de la práctica. Siempre seré el primero en reconocer la libertad y en respetar las leyes, en la creencia de que los buenos ejemplos deben comenzar por los mandatarios.

Señores Senadores:

Señores Diputados:

Vosotros y todos los hombres animados de pensamientos generosos, me ayudaréis en la ejecución del plan de Gobierno, que acabo de formular brevemente.

Desearía que un grito de concordia que resuene en toda la República saludara mi gobierno, allanándose las dificultades con que pudiera tropezar. La sola ambición que tengo es que, al bajar del poder, se diga de mí que he cumplido mi palabra gobernando con el pueblo.

 

"DISCURSO DEL GENERAL EGUSQUIZA AL RECIBIRSE DE LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA."

La Democracia, 26 de noviembre de 1894.

 

 

 

ENLACE INTERNO AL DOCUMENTO FUENTE


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POSGUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA.

ASPECTOS POLÍTICOS E INSTITUCIONALES (1870 – 1904).

Por GUSTAVO ACOSTA

Editorial SERVILIBRO.

Dirección editorial: VIDALIA SÁNCHEZ.

Diseño de tapa: ANA MABEL VEGA RAMÍREZ.

Asunción – Paraguay, junio del 2013 (349 páginas)

 

 

 

 

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