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JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI (+)

  LA COLONIZACIÓN DEL PARAGUAY (1537 – 1680) - Por JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI - Año 2010


LA COLONIZACIÓN DEL PARAGUAY (1537 – 1680) - Por  JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI - Año 2010

LA COLONIZACIÓN DEL PARAGUAY (1537 – 1680)

 

Por  JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI.


COLECCIÓN

LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 2

© Editorial El Lector

Director Editorial: Pablo León Burián

Director de la Colección: Herib Caballero Campos

Diseño de portada: Celeste Prieto

Diseño Gráfico: César Peralta G.

Corrección: Nidia Campos

Portada: Obra de Florian Paucke S.I.

Hecho el depósito que marcha la Ley 1328/98

I.S.B.N. 978-99953-1-074-5

Esta edición consta de 15 mil ejemplares
 


CONTENIDO
 
PRÓLOGO

-. LA COLONIZACIÓN DEL PARAGUAY 1537-1680: Antecedentes/ Descubrimiento de América. Viajes de Colón/ El Tratado de Tordesillas/ La Expedición de Juan Díaz de Solís/ El descubridor del Paraguay: Alejo García/ Sebastián Caboto

-. LA CONQUISTA DEL RÍO DE LA PLATA: La Sociedad primitiva/ La expedición de Pedro de Mendoza/ Fundación de Asunción/ El "Paraíso de Mahomá"/ Domingo Martínez de Irala/ Medidas del Gobierno de Martínez de Irala/ El Mancebo o "hijo de la tierra"/ Creación del Cabildo de Asunción/ Sistema de Elección/ El Adelantado Cabeza de Vaca/ La Frustrada Expedición/ La Sublevación contra Cabeza de Vaca/ Creación del Obispado del Paraguay/ Domingo Martínez de Irala, gobernador por título real/ La Expedición de las Mujeres/ Testamento de Irala y su fallecimiento.

LOS GOBIERNOS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI: Gonzalo de Mendoza/ Francisco Ortiz de Vergara/ Las Expediciones de Nufrio de Chaves/ La Expedición al Perú/ El gobierno de Juan Ortiz de Zárate/ El gobierno de Felipe de Cáceres/ El informe de Martín de Orúe/ Ortiz de Zárate en Asunción/ La Disputa entre el Obispo y el gobernador/ El Período de Terror/ La Rebelión contra Cáceres/ Ortiz de Zárate en Asunción.

LA EXPANSIÓN TERRITORIAL: Villarrica del Espíritu Santo/ Fundación de la segunda Buenos Aires/ Concepción del Bermejo/ Corrientes y Xerez/ Los Franciscanos y su Labor Religiosa  / Los gobiernos de Hernandarias/ El estancamiento de la Conquista del Paraguay/ La solicitud para erigir una Universidad/ La Población del Paraguay en 1600/ La División de la Provincia/ Consecuencias de la División de la Provincia/ El Obispo Fray Bernardino de Cárdenas/ Los gobiernos del Siglo XVII/ Las Rebeliones Indígenas/ Apoderamiento de Mujeres Indias/ La Venta de Indígenas como Esclavos/ El Sistema de Encomiendas/ Estructuración jurídica de las Encomiendas/ La Instauración de la Encomienda en el Paraguay/ Ordenanzas de Ramírez de Velasco/ Las Ordenanzas de Alfaro y las Encomiendas/ Los indígenas exentos de encomienda.

LOS JESUITAS: Orígenes de las Misiones Jesuíticas en el Paraguay/ Sistema de Propiedad en las Misiones/ Concepto de Reducción/ Las leyes aplicadas en las Reducciones/ El sistema productivo de las Misiones jesuíticas/ El Colegio de Asunción/ Los Tributos en las Misiones Jesuíticas.

LA ECONOMÍA COLONIAL: Los primeros trueques/ Fisonomía económica de la Provincia/ Sistema monetario español/ Los "pesos huecos"/ Las "cuñas"/ Primer sistema monetario/ Ordenanzas de moneda del Cabildo/ El medio circulante: Letras y obligaciones/ Casa de Fundición/ La vara de lienzo/ Las disposiciones reales/ La Economía a fines del Siglo XVI/ La Fiscalidad Colonial. La Real Hacienda/ La Política Financiera/ Las diferentes rentas.

NÓMINA DE LOS RAMOS DE LA HACIENDA REAL: El quinto real/ Alcabala/ Impuesto sobre la producción agrícola. Diezmo./ Impuesto sobre concesión de empleos y beneficios. Media anata  / Naipes y papel sellado/ Venta de oficios vendibles y renunciables/ Aprovechamientos/ Cuatropea/ Almonedas/ Penas de Cámara/ Comisos/ Lanzas/ Indulto/ Depósitos/ Donativos/ Subsidio Eclesiástico/ Mesadas/ El derecho de Media Anata Eclesiástica/ Vacantes/ Expolios/ Las Capellanías/Las Rentas Estancadas. El Monopolio del Tabaco.

EL AUTOR - FUENTES CONSULTADAS
 
 
 
 

PRÓLOGO

En este segundo volumen de la Gran Historia del Paraguay, el lector podrá leer una magnífica síntesis del proceso histórico durante el cual los españoles conquistaron y colonizaron el territorio que actualmente ocupa el Paraguay.

Este libro es el resultado de largos años de investigación en el Archivo Nacional de Asunción y otros repositorios, que permiten al autor brindar información veraz y documentada.

El Dr. JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI, un destacado historiador y jurista desarrolla en primer lugar el contexto en el cual se produjeron las primeras exploraciones de los territorios del Río de la Plata y posteriormente el proceso de colonización iniciado con la Expedición de Pedro de Mendoza.

Las circunstancias en las cuales se produjo dicha colonización así como las luchas entre los principales líderes del contingente conquistador son presentadas por el autor de modo que el lector comprenderá como las mismas configuraron el poder y el funcionamiento de las instituciones en una alejada y olvidada provincia del siglo XVI.

Se destacan las consideraciones sobre los diversos gobiernos de la Provincia, por sobre todo la labor gubernativa de un criollo nacido en Asunción, Hernando Arias de Saavedra, más conocido como Hernandarias, que a pesar de sus esfuerzos no pudo evitar que la División en dos Provincias sea perjudicial para sus habitantes.

Así mismo, el autor describe las penurias acaecidas, así como la Resistencia de los Pueblos Indígenas al nuevo régimen de vida impuesto por los españoles, y todo el régimen jurídico de aplicación de las Encomiendas que a pesar de sus buenas intenciones se convirtió de hecho en un régimen de opresión al indígena.

Un capítulo especial es el dedicado a los Jesuitas que con sus Reducciones, establecieron un sistema original en el proceso de evangelización de los indígenas de la región. Aspectos de la organización social, jurídica y económica de las Misiones Jesuíticas son presentadas con gran pericia por el autor.

Por último se desarrollan todos los aspectos de la Economía Colonial, tanto en su funcionamiento como la descripción de los diversos ramos de la Real Hacienda, permitiendo una comprensión cabal del complejo sistema impositivo hispánico.

Es justo señalar que la investigación del Dr. Rivarola Paoli es un aporte que permite acceder a informaciones relevantes que ayudan a una cabal comprensión de la configuración de nuestra sociedad como resultado del proceso de Colonización, en el cual se relacionaron aspectos culturales y mentalidades de conquistados y conquistadores.
 
 
 

 

LA COLONIZACIÓN DEL PARAGUAY 1537-1680
 
ANTECEDENTES
 
Desde principios del siglo XV, preocupan a España y a Portugal los grandes descubrimientos y aspiran a "las Indias" seducidos por el monopolio comercial del oro y las especias. Portugal busca ese objetivo por la ruta del este - descubrimiento del Cabo de Buena Esperanza y llegada a Calicut-, mientras que España - Colon-, la del continente americano y del océano Pacífico.
 
En los años 1478-1479 Colón residió en Portugal. Posteriormente viajó a la isla Madeira y a Génova, para volver en seguida a Portugal donde maduró sus planes y aumentó sus conocimientos históricos, geográficos y astronómicos. Fundamentaban su razonamiento, que se asentaba, además, en este argumento principal: que la extremidad oriental de la tierra habitada y la extremidad occidental opuesta se hallaban muy cercanas, y que lo que las separaba era un pequeño mar.
 
Llevado el futuro descubridor por su idea fija, gestiona y obtiene una audiencia del rey de Portugal, Juan II, a quien expone sus proyectos con todo el acopio de antecedentes y conocimientos que poseía y le formula sus exigencias. Si bien el Rey se inclinaba a aceptar la propuesta, dejó ésta pendiente de resolución en virtud de la importancia de las pretensiones de Colón. Lo cierto es que sin esperanza de que Portugal asumiera la realización de la gran empresa que le había propuesto, dejó aquel reino y se dirigió a España dispuesto a servir a los reyes de Castilla y Aragón.
 
Colón fue recibido por los Reyes Católicos y éstos consintieron en hacer estudiar su plan y sus pretensiones. Sólo le hicieron saber que, por el momento, no podían ocuparse de su proyecto. La irreducible posición de Colón acerca de sus pretensiones terminó por contrariar a los Reyes que rompieron con el navegante. Éste ya se marchaba para Francia cuando intervino en su favor un grupo de personas, y consiguieron que la reina cambiara de opinión, al exponerle las ventajas que la expedición podría acarrear a la Corona.
 
Un alguacil alcanzó a Colón a dos leguas de Granada y lo llevó a Santa Fe. Ahí los Reyes lo acogieron favorablemente y encargaron al secretario aragonés, Juan de Coloma, para que en representación de ellos firmara con el franciscano fray JUAN PÉREZ, mandatario de Colón, las célebres capitulaciones del 17 de abril de 1492.
Esas capitulaciones constituyen un contrato breve que contiene las exigencias formuladas por Cristóbal Colón y que los Reyes aceptaron. Entre las más importantes, podemos señalar las siguientes:
 
a) Los Reyes otorgan a Colón el título de Almirante vitalicio de todas las islas y tierras firmes que descubriese y ganase; título que a la muerte del navegante se transferiría a sus herederos.
 
b) Lo designan Visorrey, es decir Virrey, y Gobernador general de todas las islas y tierras firmes que descubriese o ganase, con la facultad de proponer ternas de personas para cada oficio a fin de que los Reyes escogieran un nombre de cada una de esas ternas.
 
c) Los Reyes reconocen a Colón la décima parte, excluidas las costas, de las mercaderías de cualquier naturaleza o calidad, que por todo título se ganaren o hubieren dentro de los límites de su almirantazgo.
 
d) Le confieren a Colón la facultad de juzgar, por sí, o por sus tenientes, los pleitos surgidos por las causas enunciadas en el punto anterior.
 
e) Reservan a Colón la facultad de contribuir, si deseare, con la octava parte de los gastos de todas las armadas para los fines expresados, recibiendo en compensación la octava parte de las ganancias.
 
Los Reyes confirman esas mercedes y privilegios otorgados a Colón el 30 de abril de 1492, de la siguiente manera: lo consideran Almirante, Visorrey (Virrey), Gobernador en las islas y tierras firmes que descubriese o ganase por sí o por sus lugartenientes y juez en las causas civiles y criminales, intitulándolo Don CRISTÓBAL COLÓN, con las facultades de transmitir todas esas prerrogativas a sus sucesores.
 

DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA. VIAJES DE COLÓN

Munido de los títulos, mercedes y privilegios enunciados anteriormente, Colón se dirigió al puerto de Palos donde organizó la expedición. Las tres naves elegidas eran pequeñas pero excelentes marineras: la María Galante o Gallega, rebautizada con el nombre de Santa María en la que el Almirante enarboló su insignia; la Pinta, capitaneada por Martín Alonso Pinzón y la Niña, al mando de Vicente Yáñez Pinzón. El 3 de agosto de 1492, luego de oír misa, se inició la memorable empresa.
Después de un largo viaje, con dramáticas alternativas, a las dos de la madrugada del 12 de octubre del mismo año, un cañonazo de la Pinta, que siempre llevaba la delantera, anunció ¡tierra! llegando las naves al primer suelo americano: la isla que los aborígenes llamaban GUANAHANI del archipiélago de las Lucayas o Bahamas, que Colón denominó de SAN SALVADOR y que creyó era ya de las Indias.
 
Al continuar las exploraciones, el Almirante advirtió que navegaban en medio de un archipiélago y fue descubriendo sucesivamente las islas que denominó: Santa María de la Concepción, Fernandina, Isabela y Juana. Esta última era una isla grande que los indígenas llamaban Coiba (Cuba). Dejó luego las costas de esta isla y recaló poco después en la de Haití, que designó Española, donde fundó una fortaleza con el nombre de Fuerte de la Navidad, con los restos de la Santa María que había naufragado.
 
En enero de 1493 Colón emprendió su regreso a España. No había logrado llegar al Asia como se proponía, pero encontró las islas situadas a la entrada del golfo de México y, por lo tanto, virtualmente el continente americano cuyo conocimiento efectivo se amplió mediante nuevos viajes de Colón y otras expediciones de marinos españoles. Encontrándose el descubridor en España, los Reyes le escribieron desde Barcelona, ratificándole los títulos ya acordados a la vez que le prometían nuevas mercedes para otras expediciones.
 
Tres viajes más hará Colón a "las Indias". En el segundo (1493-96), descubrió casi todas las Antillas menores y Puerto Rico. La primera isla hallada fue denominada DESEADA; hizo un desembarco en otra que llamó DOMINICA para pasar luego a la isla a la que dio el nombre de MARI GALANTE y a la que posteriormente designó SANTA MARÍA DE GUADALUPE. Después navegó un archipiélago y tocó las islas que recibieron los nombres de MONTSERRAT, SANTA MARÍA LA REDONDA, SANTA MARÍA LA ANTIGUA, SAN MARTÍN y SAN JUAN, a la que los indígenas llamaban BORINQUEN y es la actual PUERTO RICO. Luego de descubrir nuevas islas inició su viaje de regreso, llegó a Cádiz y fue recibido en Burgos por los Reyes, quienes le solicitaron que presentase por escrito un detalle de las necesidades para nuevas exploraciones.
 
En el tercer viaje (1498-1500) realizó una serie de hallazgos y tocó en la costa nordeste del continente hacia el lado de la Guayana, recorrió la isla que llamó de la TRINIDAD poniendo nombres a algunos de sus accidentes, y entró al golfo de Paria, rodeado totalmente de tierra firme. Navegó Colón ya fuera del golfo y siguió a lo largo de la costa sudamericana, hacia el oeste, creyendo que en aquellas tierras había estado el paraíso terrenal.
 
Diversas islas encontró a su paso: la ASUNCIÓN (Tobago), la CONCEPCIÓN (Granada), MARGARITA y CUBAGUA, El Almirante interrumpió sus exploraciones y se dirigió a la Española. A raíz de los desórdenes producidos en las islas y tierra firme descubiertas, los Reyes nombraron juez pesquisidor al comendador don FRANCISCO DE BOBADILLA quien encarceló a Colón y ordenó su traslado, encadenado, a España. La llegada del descubridor a Cádiz en esa situación conmovió a la opinión pública y provocó la reacción de los Reyes, quienes trataron de reivindicarlo prometiéndole juzgar a los culpables de su encarcelamiento.
 
El cuarto viaje de Colón (1502-1504) le permitió visitar varias Antillas, llegó al cabo de Honduras, llamado por él de las CAXIMAS por la abundancia de esa fruta, y entre otros parajes, a los denominados PORTOBELO, GRACIAS DE DIOS, BASTIMENTOS, RETRETE y BELÉN; es decir la costa nordeste de la que posteriormente se llamó CASTILLA DEL ORO y después, AMÉRICA CENTRAL.
 
No obstante la cantidad de descubrimientos realizados, Colón nunca pensó que se encontraba frente a un continente hasta entonces desconocido, y que constituía una nueva parte del mundo. Siempre creyó que había llegado al Asia oriental (isla de Cipango o Japón y otras tierras próximas), obstinándose al final en encontrar un paso a la península de Malaca.
 
Desde su descubrimiento, las Indias pertenecían a la Corona de Castilla y a ella se incorporaron formalmente en las Cortes de Valladolid de 1518.
 
Colon murió el 29 de mayo de 1506 en Valladolid, en medio de la ingratitud y de la indiferencia.
 

EL TRATADO DE TORDESILLAS

El 4 de mayo de 1493, el Papa español ALEJANDRO VI dictó la Bula concediendo a los Reyes Católicos y sus sucesores el soberano imperio y principado de las tierras descubiertas que se encontraran al occidente de una línea imaginaria que pasaría cien leguas al oeste de las islas Azores y Cabo Verde. La bula es el punto de la secular cuestión internacional con Portugal que tanta trascendencia tuvo en la historia del Plata. No pasarían diez años cuando comenzaba después del descubrimiento de América, la carrera del Sur entre Castilla y Portugal. En el año 1500, descubre el Brasil ÁLVAREZ CABRAL llegando a la tierra de Vera Cruz. En ese tiempo no existía una clara demarcación y delimitación de la línea de Tordesillas, que constituiría el límite de las dos Coronas. El objetivo de ambas Coronas era evitar dar la vuelta al Cabo de Buena Esperanza para llegar a las Indias.
 

LA EXPEDICIÓN DE JUAN DÍAZ DE SOLÍS

El Rey le otorgó una capitulación en 1511 a JUAN DÍAZ DE SOLÍS, por la cual debía dirigirse al Oriente "a fin de fijar la demarcación con la corona de Portugal", e inicia en 1513, llegando al Mar Dulce, que pareció ser después el río que llamaron el futuro RÍO DE LA PLATA. El Rey Fernando "dio efecto a la obra y descubrió este gran río (el Mar Dulce), año de mil quinientos doce, y trajo de relación que por entonces pudo ver de aquella ribera..." (Oviedo, H.G.I. V. 2á parte, libro IV cap. I). Es claro y preciso el testimonio de Solís transmitido por Oviedo, estuvieron los dos jesuitas en Sevilla en 1514 frecuentando la Casa de Contratación por lo que resulta imposible descartar lo que afirma. Aunque algunos afirmaron lo contrario, y que Solís se hallara en España en esa época, la historiografía se inclina por la veracidad del descubrimiento del Mar Dulce. La expedición partió de Lepe el 8 de octubre de 1515, aproando hacia el Sur. Iban en la flota de tres navíos el piloto JUAN DE LISBOA y otros acompañantes, entre los que se encontraba un oscuro marinero portugués, natural de Alemtejo, ALEJO GARCÍA. Es así que la flota de Solís el 2 de febrero de 1516, llega a la ISLA DE LOBOS, recalando en un puerto que nombraron CANDELARIA (Maldonado??). Luego estuvieron frente al "grandísimo río" de que nos habla Oviedo. Penetró Solís y pasó por una Isla que nombró Martín García, y bajó a tierra pero los indios lo emboscaron y lo mataron, descuartizándolos a todos ellos. Quedaron los expedicionarios aterrorizados por la muerte de Solís, Alarcón y Marquina resolvieron regresar a España, al mando del piloto FRANCISCO DE TORRES, cuñado de Solís.
 
En el Puerto de los Patos naufragó una de las carabelas refugiándose en la costa diez y ocho cristianos, siete de los cuales fueron llevados prisioneros a Lisboa.
 
Entre los que se quedaron en la costa atlántica figuran Alejo García, Melchor Ramírez y Enrique Montes.
 
Por otra parte, el 20 de setiembre de 1519, Hernando de Magallanes encontró el estrecho que comunica los dos océanos y lleva su nombre.
 

EL DESCUBRIDOR DEL PARAGUAY: ALEJO GARCÍA.

De los que quedaron en la costa Atlántica a la altura de Santa Catalina- que eran los náufragos de un barco de Solís -, era el asilo ideal para náufragos y perdidos, y los pobladores pacíficos y bien abastecidos brindaban toda clase de atenciones. Santa Catalina, iba a ser durante años un refugio ideal, pues por medio de las armadas se enlazaban por el mar, con Castilla, con Europa y a través de los indígenas se contactaban con las regiones del Oeste en busca de informaciones.
Partiendo de Santa Catalina, y a raíz de informaciones de los indios que habían traído piezas de plata que procedían del Oeste, García, atravesó el actual Brasil hacia 1.525 hasta el Río Paraná y llegó a la altura del Monday, ya en territorio paraguayo, y encontrando gran número de indios, remontó hacia las Sierras de la Plata, o el Perú de los Incas.
 
De allí trajo muchos vasos, vajillas y coronas de plata, cobre y otros metales, pero fue muerto por los indígenas al cruzar el Chaco y llegar al Río Paraguay, a la altura de la actual San Pedro, alrededor de fines de 1525 o principios de 1526.
 
Y así acabo en 1525 - dice MANUEL DOMÍNGUEZ -, el descubridor del Paraguay y Charcas, el primero que se interno en la tierra de los mbayá, el primero que llegó a los Andes peruanos, el primero que penetró en los dominios del Inca, terminando su carrera cuando PIZARRO no empezaba todavía la suya, Cruzó Curitiba 17 años antes que ALVAR NÚÑEZ, visito el Paraguay 4 años antes que CABOTO, exploró el Chaco 13 años antes que AYOLAS. La historia le da este lauro a aquel gentil aventurero.
 

SEBASTIÁN CABOTO

Aparece luego SEBASTIÁN CABOTO, nacido en Venecia en 1479. Fue nombrado Piloto Mayor del Reino en febrero de 1518. Lo cierto es que navegó modificando su primitivo rumbo hacia las Islas Molucas, violando la capitulación al llegar al litoral Sud-Americano, Caboto tuvo noticias de las riquezas metálicas, confirmadas por Enrique Montes y Melchor Ramírez, compañeros de Alejo García, y decidió abandonar su primitivo propósito, para lanzarse al interior en la búsqueda de metales, y enderezó sus naves hacia el Río de Solís, o de la Plata.
 
A fines de 1527, exploró el estuario del Río de la Plata, penetró en el Paraná, y fundó el primer fuerte conocido: SANTI SPIRITUS. Caboto, remonto el Paraná, luego el Paraguay ya en 1528, siendo por lo tanto el descubridor del Paraguay, por vía fluvial.
 
Basta anotar que ausentándose del Río de la Plata a fines de diciembre de 1529, hizo una corta detención en Santa Catalina el 19 de marzo de 1530, para pasar después a San Vicente donde ya se hallaba Diego García. Completado un cargamento de esclavos comprado a los portugueses, puso proa a Sevilla y entró por el Guadalquivir el 22 de julio. Así se clausura la historia de esta primer entrada en firme de los conquistadores españoles a los territorios de la cuenca del Plata.

 
 
 

FUENTES CONSULTADAS

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ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS SOBRE EL LIBRO EN ABC COLOR:
 
 

PUBLICACIÓN REVELA PASAJES APASIONANTES DEL PARAGUAY, 12 DE ABRIL DE 2010, DIARIO ABC COLOR

Cómo se produjo la colonización del Paraguay, la economía colonial, el papel de los jesuitas y los franciscanos, Domingo Martínez de Irala, el Paraíso de Mahoma, el Cabildo de Asunción, las primeras sublevaciones asuncenas.

Todo esto forma parte de una historia apasionante: “La colonización del Paraguay 1537-1680”, tal como reza el título del libro de Juan Bautista Rivarola Paoli, que los lectores de ABC tienen hoy en sus manos, como parte de La Gran Historia del Paraguay, la Colección bibliográfica inédita más grande publicada hasta hoy en nuestro país, por iniciativa de El Lector y ABC Color.  
 
Asunción, pese a su aislamiento y su falta de riquezas minerales, fue el eje de la conquista y la colonia y adquirió durante ese tiempo el renombre de Madre de Ciudades.
 
Otros temas cruciales tratados en el libro de Rivarola Paoli son: la Cédula Real del 12 de setiembre de 1537; la creación del Cabildo de Asunción que transformó política y jurídicamente la Casa Fuerte y Puerto de Nuestra Señora de la Asunción, el 16 de setiembre de 1541. El Cabildo significaba el establecimiento de gobierno municipal y además la voluntad de permanencia en el lugar elegido como centro de la conquista. Asunción dejó de ser la Casa Fuerte o fortaleza militar para transformarse en ciudad.
 
“La colonización del Paraguay 1537-1680” es el segundo libro de los 20 que conforman la Colección La Gran Historia del Paraguay. Los volúmenes que componen esta serie, a más del contenido de gran rigor conceptual e histórico gracias al prestigio de sus autores, están elaborados técnicamente con la más alta calidad de impresión, en un papel (chamois Ivory) de textura especial recomendado para leer con más facilidad y nitidez. El diseño de portada de los libros es obra de una verdadera artista, Celeste Prieto. El diseño gráfico es de César Peralta y la corrección está a cargo de Nidia Campos.      
 
El autor de “La colonización del Paraguay 1537-1680”, Juan Bautista Rivarola Paoli, es doctor en Ciencias Jurídicas, contador y abogado por la Universidad Nacional de Asunción. Se desempeña como profesor titular de Economía Política, Derecho Romano y Derecho Internacional Público de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNA.Publicó los siguientes libros, entre otros: “Historia Monetaria del Paraguay”; “La Economía Colonial”; “Régimen Jurídico de la Tierra (Tomos I y II)”; “La Real Hacienda (La Fiscalidad Colonial. Siglos XVI al XIX)”; “La Contabilidad Colonial y las Reales Cajas de Hacienda”.
 
Villarrica del Espíritu Santo
 
El 14 de mayo de 1570, el capitán Ruy Díaz de Melgarejo funda otra población, cerca de las tierras donde según se murmuraba existían minas de oro, construyendo una fortaleza, y ordenando la futura ciudad con sus solares para casas y chacras. Esta población tuvo su importancia pues sirvió de centro de colonización arriba del Río Paraná hasta llegar al Atlántico, y antemural para las pretensiones portuguesas.    Cuando la fallida esperanza del metal hizo trizas de las pretensiones, se miró hacia el Sur, y se fundaba Santa Fe sobre el Río Paraná, con miras a seguir hasta Buenos Aires, con el fin de repoblarlas, con “mancebos de la tierra”, y asistencia de víveres, ganados e indios.
 
Fundación de la segunda Buenos Aires
 
La fundación de la segunda Buenos Aires la encabezó el general Juan de Garay, con 50 paraguayos que costearon su equipo, víveres, armas, caballos y otros enseres como ganados, plantas, forrajes, maderas y vacas que fueron por tierra.
 
El 11 de junio de 1580 tuvo lugar la ceremonia de fundación a la que se dio el nombre de la Trinidad, constituyéndose el primer Cabildo. Nacía así la Ciudad de Buenos Aires.
 
El Paraguay a su vez tendría una salida al mar, con un puerto que presentían sería el pulmón de su existencia por varios siglos.      
 
Concepción del Bermejo
 
El 14 de abril de 1585, Alonso de Vera y Aragón fundó la ciudad de Concepción del Bermejo, en la margen derecha del río de este nombre y a treinta leguas de su desembocadura del río Paraguay. La expedición de “mancebos de la tierra” estaba compuesta de 135 soldados, armados con arcabuces y municiones, con mil caballos, cincuenta yuntas de bueyes y más de trescientas vacas. La encabezaba Vera y Aragón, acompañado de Hernando Arias de Saavedra, un joven capitán que se distinguiría en la conquista. Concepción del Bermejo serviría de enlace entre Asunción y Tucumán y llegó a constituirse en una ciudad próspera, hasta que en 1617 quedó separada de Asunción y agregada a la nueva gobernación de Buenos Aires, lo que motivó su ruina y abandono de sus habitantes.
 
17 de Abril de 2010

Fuente en Internet: www.abc.com.py


 

UN LIBRO QUE RESPONDE LAS PREGUNTAS SOBRE PARAGUAY, 14 DE ABRIL DE 2010, DIARIO ABC COLOR
 
“La colonización del Paraguay. 1537-1680”, de Juan Bautista Rivarola Paoli, es el segundo libro a ser entregado el próximo domingo con el ejemplar de ABC Color, en el marco de la colección “La gran historia del Paraguay”, editada por El Lector. Cómo se produjo la colonización del territorio que hoy es nuestro país. Esa es la gran pregunta que devela la obra de tan prestigioso autor.
 
De acuerdo con Rivarola Paoli, en los primeros se instituyó el procedimiento de las encomiendas, un sistema de cuasi esclavitud por el cual los indígenas eran puestos bajo la potestad de los españoles. Las encomiendas fueron repartidas por Irala entre sus oficiales. De allí que haya nacido la leyenda del Paraíso de Mahoma, ya que cada uno de los oficiales tenía a su cargo una buena cantidad de indias.  
 
De la unión del español con la india nació el mancebo, o “hijo de la tierra”. Irala logró una íntima alianza con los guaraníes, fortificada aún más por lazos de parentesco, “en los que participaron las más altas figuras de la colonia” y las hijas de los principales caciques. Asunción no era ya una aldea sin alma y sin destino: era centro de una nueva civilización. Irala fue quien dio “tónica y enjundia” a esa nueva población naciente.  
 
En cuanto a las relaciones entre los españoles y los habitantes de la región que luego sería el Paraguay, Rivarola Paoli explica que la conquista hispana intensifico el trueque de los indígenas con los blancos y también intertribalmente, ya que las tribus asentadas en vecindad con el ambiente criollo servían de intermediarios.     
 
Contacto con los guaraníes
 
Los primeros contactos de los guaraníes con los españoles se basaron en “trueque-regalías”; los españoles, buscando abrirse los caminos y asentarse pacíficamente, y los guaraníes, deseando adquirir “las novedades” en metal y abalorios, no hesitaban a entregar a sus mujeres si de esta manera pudieran establecer un trueque-reciprocidad o un trueque-servicio.
 
Rivarola Paoli recuerda que había de tocarle a Domingo de Irala no el más brillante ni el más linajudo del séquito del Adelantado don Pedro de Mendoza, pero sí el más sagaz, paciente y obstinado de sus cabos, la gloria de descubrir la clave del secreto de la conquista.
 
“A los guaraníes, señores de la tierra, reacios en el laboreo agrícola y reacios en la guerra, no había que conquistar únicamente con la fuerza de las armas, sino también y, sobre todo, con la pujanza irresistible del amor”, señala el autor de La colonización del Paraguay.
 
Extracto del libro: “El descubridor del Paraguay: Alejo García.
 
De los que quedaron en la costa Atlántica a la altura de Santa Catalina –que eran los náufragos de un barco de Solís– descubrieron el asilo ideal para náufragos y perdidos, y los pobladores pacíficos y bien abastecidos brindaban toda clase de atenciones. Santa Catalina iba a ser durante años un refugio ideal, pues por medio de las armadas se enlazaban por el mar, con Castilla, con Europa y a través de los indígenas se contactaban con las regiones del Oeste en busca de informaciones.
 
Partiendo de Santa Catalina, y a raíz de informaciones de los indios que habían traído piezas de plata que procedían del Oeste, García atravesó el actual Brasil hacia 1525 hasta el río Paraná y llegó a la altura del Monday, ya en territorio paraguayo, y encontrando gran número de indios, remontó hacia las Sierras de la Plata”.
 
13 de Abril de 2010 -

Fuente en Internet: www.abc.com.py



DURANTE LA COLONIA DICEN QUE SE FORMÓ LA NACIÓN, 17 DE ABRIL DE 2010, diario ABC COLOR
 
El Lector y ABC Color pondrán en circulación mañana el segundo libro de su colección “La gran historia del Paraguay”. Se trata de “La colonización del Paraguay 1537 – 1680”, obra en la que su autor, el doctor Juan Bautista Rivarola Paoli, revela aspectos fundamentales de nuestra memoria. En dicho contexto, el historiador explica que en esa época se produjo “la formación de la nacionalidad paraguaya a través del mancebo de la tierra”.
 
El libro de Rivarola Paoli acompañará el domingo a los ejemplares de ABC Color con un precio conjunto de 20.000 guaraníes, un valor ínfimo como pago por el diario más completo y un libro de enorme calidad en contenido y en formato de edición.
 
“La gran historia del Paraguay”, una iniciativa del Centro Cultural El Lector, contendrá un total de 20 libros a través de los cuales la ciudadanía tendrá la más completa enciclopedia histórica sobre nuestro país. Todos los libros fueron escritos de manera exclusiva para esta serie por connotados intelectuales, investigadores, historiadores, sociólogos y periodistas de nuestro medio.
 
Al referirse a la época colonial, Rivarola Paoli recuerda que forma parte fundamental de nuestra historia actual. Asegura que los años de la conquista de América no significaron un aislamiento para el Paraguay sino, al contrario, produjo la formación de la nacionalidad paraguaya a través del mancebo de la tierra y la consolidación y explotación de nuestras riquezas por la única vía que nos serviría para nuestro comercio: los ríos Paraná y Paraguay, que posibilitaban una salida al mar”.
 
Para el doctor Rivarola Paoli, el Paraguay no comienza en 1811, “sino se consolida como nación el 14 y 15 de mayo, ya que sus precedentes políticos, sociales y económicos venían del acontecer colonial”.
 
“La colonización del Paraguay 1537-1680” aparece luego de la gran acogida que dio el público al primero de los libros de esta colección, “Los pueblos indígenas del Paraguay”, del antropólogo José Zanardini.
 
El tercer volumen de la serie será “La provincia del Paraguay, revolución y transformación. 1690-1780”, escrito por Ignacio Telesca. El público en general tiene con este proyecto bibliográfico de El Lector y ABC, la singular oportunidad de conformar una biblioteca histórica completa e insoslayable para comprender nuestro pasado y nuestro presente.
 
Martínez de Irala
 
Uno de los personajes esenciales de la conquista y la colonia fue Domingo Martínez de Irala. A él, Juan Bautista Rivarola Paoli le  dedica un capítulo en “La colonización del Paraguay 1537-1680”. A continuación, un extracto de dicho capítulo.
 
Conocida en España la muerte de don Pedro de Mendoza, fue designado veedor de la Corona en el Río de la Plata don Alonso Cabrera, quien llega al Fuerte de Buenos Aires el 1 de noviembre de 1538 e informa sobre los poderes otorgados por el adelantado y a quién correspondía la tenencia de “Estas tierras”. En el mes de junio de 1539 el veedor Cabrera llega a la Ciudad de la Asunción. Investido de gran autoridad, Cabrera se constituye en el personaje más importante de la Ciudad de la Asunción. Después de muchos cabildeos, intrigas y conciliábulos, se aviene a develar su secreto. Alonso Cabrera era portador nada menos que de una Cédula Real fechada el 12 de setiembre de 1537, en Valladolid, por la cual el rey Carlos V y la reina madre doña Juana mandaban en ella: “Si don Pedro de Mendoza no hubiese dejado lugarteniente o el que hubiere dejado, cuando él (Cabrera) llegase, fuese fallecido y al tiempo de su fallecimiento o antes no hubiese nombrado gobernador…”. El heredero era Juan de Ayolas, “o la persona que su poder tuviere” (es decir Irala).
 
A pesar de los contratiempos y ambiciones de unos pocos, como Ruiz Galán, Alonso de Cabrera, en virtud en virtud de la documentación que poseía, leyó el poder que le otorgó Ayolas a Irala y los Oficiales Reales y gente principal reclaman su ejecución, siendo confirmado don Domingo Martínez de Irala, lugarteniente de Juan Ayolas, quien se hace cargo del gobierno el 23 de junio de 1539.
 
Una de las primeras medidas de Irala fue disponer que los sobrevivientes del Puerto fundado por don Pedro de Mendoza se concentren en la Ciudad de la Asunción, en cuyos alrededores los indios guaraní ofrecían mejores perspectivas a los conquistadores.
 
No más de 600 españoles formaban el núcleo de la población asuncena, distribuido en 250 casas, donde sobre la barranca tenía el gobernador Irala su casa en la ciudad, y su chacra a dos leguas de distancia ribereña al río, en las inmediaciones.
 
16 de Abril de 2010

Fuente en Internet: www.abc.com.py



 
 LA ECONOMÍA COLONIAL ES EL TEMA DE RIVAROLA PAOLI, 15 DE ABRIL DE 2010, DIARIO ABC COLOR
 
“La colonización del Paraguay 1537-1680” es el título del segundo libro que compone “La gran historia del Paraguay”, que aparecerá con el ejemplar de ABC Color el próximo domingo. La obra fue escrita por el doctor Juan Bautista Rivarola Paoli para esta colección editada por El Lector.
 
Al referirse a uno de los tópicos principales del texto, la economía colonial, Rivarola Paoli señala que el comercio de las provincias del Río de la Plata y el Paraguay “constituye un sistema aparte”. Refiere que el primer periodo de la historia económica del Plata fue de relativa liberalidad, en virtud de los asientos y licencias comerciales otorgados.
 
“Para interesar la actividad y dedicación de los adelantados, el rey les señalaba en la capitulación fabulosos emolumentos”, recuerda Rivarola Paoli.
 
El historiador recuerda además que mientras esperaba la aparición de las supuestas  minas de oro y plata, la naciente población vivió de la ganadería y de algunos ensayos de plantaciones, como los cañaverales.
 
“En este medio circunscrito, la forma de los cambios fue la permuta. La procreación rápida del  ganado, sin la valorizante exportación, provocó el descenso de los precios. Pero el aumento relativo de la riqueza y crecimiento de población crearon el primer instrumento de los cambios. Fue la vara de lienzo de algodón, tan escaso como el oro. La introducción del ganado fue muy importante, por su rápida procreación, y que trajo aparejado el reparto de tierras, llamadas mercedes reales”, puntualiza el autor al referirse a su obra.
 
Los comerciantes del Perú obstruyeron sigilosamente el puerto de Buenos Aires. Si el Paraguay deseaba comerciar con España, tenía que hacerlo por el largo trayecto terrestre a través del lejano puerto de Portobelo. Esta prohibición fue mantenida hasta casi los finales de la edad colonial. La postración económica del Paraguay fue grande como resultado del cierre del puerto de Buenos Aires.
 
Por otro lado, Juan Bautista Rivarola Paoli, al reflexionar sobre aquel tiempo, indica que como organización la Real Hacienda se extendía desde la persona del rey hasta el último de los funcionarios encargados de la percepción de los diversos impuestos en tierras de América.
 
El rey mantiene para sí la fijación de los gastos de la Hacienda –sostiene el historiador–, establece los salarios de los funcionarios y prohíbe a las autoridades de Indias la concesión de mercedes pecuniarias sin previa autorización, el nombramiento de oficiales reales, la facultad de crear nuevas imposiciones o modificar el número de funcionarios fiscales. La Hacienda Real fue una de las cuatro grandes formas de control político que España ejerció en sus colonias americanas.
 
Por otra parte, las rentas de la Corona podían dividirse en tres clases principales. La primera comprendía la que se pagaba al rey como soberano; tales serían, entre otros, los derechos sobre el oro y la plata extraídos de la mina y el tributo de los indios. La segunda se componía de los impuestos sobre el comercio, y la tercera, los que percibía el rey como jefe de la Iglesia y administrador de los fondos eclesiásticos en el Nuevo Mundo.
 
Extracto del libro
 
Había de tocarle a Domingo Martínez de Irala, no el más brillante ni el más linajudo del séquito del adelantado don Pedro de Mendoza, pero sí el más sagaz, paciente y obstinado de sus cabos, la gloria de descubrir la clave del secreto de la Conquista. A los recios guaraní, señores de la tierra, reacios en el laboreo de la tierra y reacios en la guerra. No había que conquistarlos únicamente con la fuerza de las armas sino también, y sobre todo, con la pujanza dulce pero irresistible del amor”.
 
La mujer constituía para los guaraní el lazo y la prenda de unión. “El agasajo principal de los caciques a las personas de respeto –anotó el Padre Lozano, el más autorizado cronista jesuítico– era enviarles una o dos de sus mujeres”.
 
Como sostiene Cardozo, las indias se prestaban gustosas a este trato. Y como además eran bellas, tan bellas que se diferenciaban de las lejanas esposas y novias europeas solo en que andaban desnudas, gustó a delicias celestiales aquella singular manera de conquistar una tierra.       Los clérigos cerraron los ojos, las armas fueron puestas sobre el pavés, y bajo la dirección y con el ejemplo de Irala, se inició en el Paraguay la más extraordinaria campaña de captación recíproca de dos razas por el camino del amor libre y sin trabas. La poligamia fue la ley constitutiva del primer Paraguay, que pronto mereció el título de “Paraíso de Mahoma”.
 
Numerosos son los testimonios de cronistas e historiadores sobre la “unión hispano-guaraní”. Decía un cronista muy escandalizado de la época que Mahoma y su Corán no permitían más de siete mujeres, y acá “tienen algunos setenta, pues el cristiano que está contento con cuatro indias es porque no puede tener ocho y el que tiene ocho porque no puede tener diez y seis, y así de aquí para arriba”.
 
15 de Abril de 2010

Fuente en Internet: www.abc.com.py


 
 
 
 
 
 
 
 
DOCUMENTO (ENLACE INTERNO) RECOMENDADO:

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LA ECONOMIA COLONIAL. Por  JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI

COLECCIÓN: Tratado de Historia Económica del Paraguay.

Se acabó de imprimir el 12 de abril de 1986

en los Talleres gráficos de Editora Litocolor

 

 

 

 

 

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